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El “Sonido”

El RI-100 aún a pesar de ser el amplificador más básico de Vitus, creo que mantiene indemne la impronta del sonido de la marca. Es un integrado que perfectamente representa la forma de entender la música de esta empresa, podríamos pensar que a menor escala que sus hermanos mayores. ¡Pero no… estaríamos confundidos!, ya que nuestro invitado suena tal y como yo pensaba que debía sonar la afamada marca danesa, basándome claro, en mis anteriores audiciones, y sobre todo, llenando mi sala sin complejos.

El grave y medio-grave que proporciona este integrado, es posiblemente el de mejor calidad que haya podido apreciar nunca en un aparato de este nivel. La extensión es enorme, bajando sin ningún problema hasta los mismísimos infiernos. Es capaz de llevar las Watt & Puppy 7 hasta los últimos limites que son capaces de alcanzar. No contento con esto, el grave posee a su vez una intensidad y densidad inusitada, y ya para colmo de todo, el aparato riza el rizo proporcionando a la parte baja del espectro sonoro una articulación, que permite apreciar cualquier mínimo detalle con una precisión que he escuchado en muy pocas electrónicas. No hay ningún tipo de concesiones en el grave. Dinámica y control a raudales, que construyen una base rítmica, que casa perfectamente tanto con la música rock más peleona como con la música clásica más sutil o etérea que se nos pueda ocurrir elegir. Simplemente delicioso.

El medio es otro de sus puntos fuertes. Las voces aparecen en escena con una presencia increíble, muy naturales y perfectamente articuladas. Tienen fuerza con unos transitorios muy marcados, pero sin perder en ningún momento un carácter muy humano. Me resulta imposible apreciar ningún tipo de coloración perceptible, quizá un carácter ligeramente cálido, pero que en ningún momento provoca que parezca que estamos oyendo el mismo sonido una y otra vez. Cada voz tiene su propia personalidad. Igualmente en el caso de los instrumentos de cuerda, todos tienen esa naturalidad que presentan en la realidad, pero manteniendo su inflexión propia, su tonalidad y textura particular que diferencia y enriquece a cada instrumento.

El agudo es bueno, totalmente real y cumple perfectamente su función. Proporciona toda la información que ocurre en el evento sonoro sin llamar en ningún momento la atención para sí mismo. No aprecio ningún tipo de agresividad que pueda molestar distrayendo y arruinando el evento sonoro. Y por supuesto toda la información disponible en la grabación, y que es extraída por la fuente, es transmitida a los altavoces. Este aparato tampoco recorta ni un pelo en la parte alta del espectro sonoro. Y todo con una facilidad que simplemente me sorprende.

La escena no es nada mala para ser un integrado. Produce una altura muy correcta y quizá un poquito más estrecha que la que provoca mi equipo al completo. Igualmente se pierde un poquito de profundidad, pero nada que me moleste o distraiga de alguna manera. Quizá en un momento dado con algunos discos con un exceso de información y en momentos muy señalados se produce un emborronamiento del acontecimiento que provoca una ligera pérdida de información. De los pocos “defectos” que le puedo encontrar.

La dinámica es ejemplar y desvela una fuerza y control inusitados para un aparato de estas características. Los transitorios son salvajes pero sin perder tampoco precisión, ni desbarrar en momentos dramáticos. La fuerza en este caso no va acompañada de falta de delicadeza ni mucho menos. En este caso, ambas conviven en un equilibrio que humaniza la escucha. Es como si el aparato tuviese la capacidad de sentir y tratar cada pieza musical con la sensibilidad adecuada. Es capaz de aportar el grado de emoción justo a cada interpretación, discriminando si es necesaria sutileza, violencia, pasión drama o desidia. Es increíble la capacidad de transmitir el mensaje sonoro que tiene este integrado. Y a todo esto ayuda sin duda alguna, la gran capacidad que tiene el Vitus de manejar la información, tanto macrodinámica como microdinámica para cualquier tipo de grabación. Podría describírsele de alguna manera como la mano de hierro dentro del guante de terciopelo.

¿Como olvidar estos días?

Se me hizo difícil dejar escapar de mi casa este integrado, pero lo cierto es que igual que vino se fue dejándome bastante satisfecho. En el caso de este aparato realmente no sé por donde empezar, ya que su sonido es tan redondo y completo como me cabía esperar.

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