La joya de Sudáfrica
Sudáfrica es conocido por sus yacimientos de oro o diamantes, pero en aquél lejano país hay otra “joya” que es mucho más cercana a nuestra afición: Vivid Audio, un fabricante de altavoces diferente a los demás, y que muchos han, hemos, descubierto al contemplar o escuchar sus especiales diseños en la gama más alta, cajas de diseño tan curioso y diferente como las Giya. En mi caso y aparte de haber leído alguna prueba de forma ocasional, el interés en esta marca se originó en la pasada edición de Elitexpo. La sala de Ajasom, el distribuidor portugués que las importa para España, contaba con una pareja de estas “extrañas” cajas y, si primero me pudo la mera curiosidad, lo cierto es que me fascinó cómo sonaban y pasé largos ratos disfrutando de ellas. Me quedé con ganas de más, aunque descubrir luego lo que costaban me enfrió un poco…
¿Quién está detrás de Vivid Audio? Pues la respuesta es bastante sencilla, gente que procede de una u otra forma de la británica B&W. El “genio” de la casa es nada menos que Lawrence Dickie, el padre de las series Matrix y por supuesto de las muy especiales Nautilus, las famosas “caracolas”. No podía ser otro el que estuviera detrás de las Giya. Robert Trunz, antiguo presidente de B&W, fue otro de los iniciadores de esta empresa capitaneada por Phillip Guttentag y quien buscó a Dickie para esta aventura sudafricana. El caso es que en la fábrica de Durban producen “todo”, incluso los drivers. Y su prioridad en el diseño de altavoces es eliminar las resonancias y las reflexiones que perjudican la pureza del sonido.
Descripción
Antes de entrar en los detalles técnicos, tengo que dedicar por lo menos un párrafo al aspecto de las Vivid. Basta conocer las Giya, o echar un vistazo a su catálogo o página web, para darse cuenta que estamos ante una marca con unos diseños muy particulares, desde luego “distintos”, y muy alejados de las habituales cajas de madera. Lo cierto es que en el caso de estas V1.5 las fotos no les hacen justicia, en directo ganan bastante y, aunque tienen un aspecto digamos extraño, lo es menos de lo que parece en imágenes. Lo que no se aprecia en ninguna foto y sí en directo, incluso a cierta distancia, es su acabado, verdaderamente exquisito, de lujo, tanto la caja en sí como el pie -son una pieza-, e incluso los drivers da gusto verlos de cerca. Pero cuidado, no demasiado de cerca, pues son frágiles -láminas de aluminio fino- y las rejillas encargadas de protegerlos están francamente mal pensadas, pues se sujetan con un saliente de alambre que encaja en zonas peligrosamente cercanas, sobre todo en el caso del tweeter. Mucho mejor hubiera sido una fijación con imanes por ejemplo, porque el caso es que aunque son muy transparentes acústicamente, ese poco más de detalle que conseguimos sin ellas es el que nos permitirá disfrutar de lo que estas cajas son capaces de ofrecer. Pero no nos adelantemos…
El recinto está hecho de un compuesto plástico reforzado con fibra de carbono, que se prolonga hacia el pie y la base -el pie cuenta con un alma metálica de refuerzo-. Las formas obviamente eliminan paredes paralelas y efectos indeseados por difracción, y la particular forma de la salida del bass reflex frontal también está estudiada para evitar que genere sonidos y resonancias. Parecen pequeñas pero ocultan nada menos que 22 litros de volumen cada una, y como veremos ahí está parte del “truco” de su rendimiento en graves.