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El conocido establecimiento madrileño Assai Audio, en la céntrica calle Larra del barrio de Tribunal, acogió el primer fin de semana de abril la audición de un sistema completamente formado por componentes aportados por el distribuidor portugués Ajasom, donde lucieron algunas de sus marcas estrella: cajas sudafricanas Vivid Audio, electrónica suiza Nagra y tocadiscos canadiense Kronos, todo cableado con Audiofidem –de origen portugués también–.

Sistema de lujo

Antonio y Nuno de Ajasom habían traído desde Lisboa una buena y bonita colección de aparatos para esta audición, un sistema con el que cualquiera podría soñar, aunque en cierto modo son estrellas de esta galaxia por lo menos… quiero decir que con una buena primitiva podríamos comparlo, no harían falta varias: sumaban unos 150.000 euros.

Equipo mas cerca

Protagonistas principales fueron las cajas, las Vivid Audio de origen sudafricano y “genes” de la época dorada de B&W, no en vano su diseñador –Laurence Dickie– es el padre de las Nautilus originales y tiene varios socios en Vivid procedentes de la casa británica. Como digo eran las protagonistas porque presentaban en sociedad las nuevas pequeñas de la gama más alta, las Giya G4. Y digo bien “pequeñas” porque choca al verlas lo contenidas que son, de hecho insistí en hacer una foto con nuestros anfitriones a su lado para que se pueda apreciar el tamaño comparado con el de una persona. Miden un metro de alto, pero su forma superior las hace parecer más compactas: ahí arriba están los tres altavoces para agudos –cúpula de 26mm–, medios –cúpula de 50mm– y medios-graves –100 mm–, y ya en la parte baja y a ambos lados tenemos los dos altavoces para graves de 125 mm. Sí, son cajas de cuatro vías, con los cortes situados en 250, 1.000 y 4.000 Hz, y una sensibilidad declarada de 86 dB para una impedancia nominal de 6 Ohm –mínima de 4–. Su cuerpo está formado por un compuesto plástico reforzado con fibra de vidrio, como sus otras hermanas, y como las demás Giya tiene un complejo sistema interior para redirigir y eliminar resonancias.

Ellos y ellas

Las dos fuentes de sonido eran el CD de Nagra y el extraordinario plato Kronos, que había tenido ocasión de ver y escuchar puntualmente en alguna otra ocasión –Elitexpo en la sala de Ajasom–, pero no de admirar bien como en esta oportunidad. Aunque la pereza me supera en este sentido, en tiempos de servidores y de música “desmaterializada”, tengo que reconocer que no hay nada que ilustre tan bien nuestra afición como un buen plato: es como un buen reloj mecánico a los aficionados a la relojería, y cuanto más compleja su mecánica, mejor.

Kronos plato entero

Este plato es obra del canadiense Louis Desjardins, y es la materialización de varias ideas. Someramente, la primera es evitar distorsiones originadas en el par de respuesta debido al giro del plato, y la solución es “lógicamente” (¡!) tener un segundo plato de idéntica masa y dimensiones girando en sentido contrario montado en el mismo chasis. La segunda es más común a otros diseños, consiste en eliminar las interferencias que llegan del exterior en forma de vibraciones, y eliminar también las que se generen en el propio plato. Por eso es un plato suspendido –con elementos elásticos que además se comportan como amortiguadores– y las diferentes partes de los chasis están formados por un “sándwich” de materiales rígidos y absorbentes –la parte central era de madera en los primeros, de resinas con carbono en el que tuvimos allí–. También influye el uso de rodamientos y ejes mucho más masivos de lo habitualmente usado, o dos motores –uno por plato– con control electrónico muy preciso gracias a sensores ópticos, pero con tracción por correas. Por último está el brazo, aunque se puede acoplar cualquiera del mercado de 9 a 12 pulgadas, nuestro Kronos tenía “el suyo”, una preciosidad de carbono cuya articulación unipivot era una genialidad de sencillez y precisión: una bola metálica mecanizada con cierta forma que apoya en una cavidad también mecanizada con cierta rugosidad para minimizar la fricción dinámica y estática. Ah, y todo esto no es sólo una obra de ingeniería, ¡es precioso! Un ejemplo de practicidad hecha elegancia. Yo tengo la excusa que no me cabe en mi mueble porque es muy ancho… bueno eso le dije a mi mujer cuando vio las fotos y me dijo eso de “qué bonito plato, ¿y cuánto cuesta?”.

Kronos brazo Lyra

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