Muy pocas empresas distribuidoras en nuestro país mantienen un compromiso tan elevado con la excelencia como Cosmos Hifi. Cliff Orman, respaldado por su trayectoria internacional como fabricante de los magníficos productos destinados al tratamiento de la corriente de Vibex, puede permitirse el lujo de distribuir solamente aquellas marcas en las que confía por su incuestionable calidad sonora. Fiel defensor en todos los aspectos de que es mejor calidad que cantidad, se vale de un número reducido de marcas representadas –Ypsilon, Lyra, YG Acoustics, Playback Designs, Fletcher, Crayon– para aconsejar a sus fieles clientes, siempre con criterio y gracias a su amplio conocimiento del audio y la música.
Tengo que reconocer que la última firma que incorporó a su catálogo –ni más ni menos que la americana YG Acoustics– es uno de los fabricantes de cajas acústicas que más respeto por su sonido y calidad de fabricación. Grandes recuerdos tengo de la edición de Elitexpo de 2012, cuando Ultimate Audio –antiguo distribuidor de la firma– expuso las YG Acoustics Sonja junto a electrónica de Gryphon. De las 28 salas que había en aquel certamen, para mí fue una de las tres mejores sin duda. El hecho de que Cliff Orman, tras dejar Ultimate Audio la marca, no permitiera que la marca desapareciese de nuestro país, supuso una gran noticia para los que pensamos que la esencia de la auténtica alta fidelidad hoy en día se encuentra en un número cada vez más reducido de firmas. YG Acoustics es sin discusión una de las más destacadas.
En anteriores visitas a las instalaciones de Cosmos Hifi pude escuchar los modelos Carmel 2 y Hailey, dejándome muy positivas impresiones ambas. La calidad de todas las realizaciones de la compañía americana es similar, con diferencias lógicas entre ellas debido a su diferentes tamaños y capacidades. Pero aún disfrutando de todos y cada uno de sus modelos, no podía olvidar aquel domingo en Madrid, poco antes de finalizar aquel añorado Elitexpo, donde pasé momentos mágicos con las Sonja. Transcurridos unos cuantos años desde su escucha, uno puede poner en duda si realmente el momento fue tan memorable o la imaginación adorna los espacios en blanco que deja la memoria, y me hace recordar aquello sonando mejor de lo que realmente era. Por esa razón, cuando supe que Cliff había adquirido una pareja de Sonja 2.2 para su showroom, busqué un hueco para desplazarme a Ciudad Real y despejar las dudas.
Una vez allí, como tantas veces, tengo la sensación de retroceder en el tiempo y me siento como un niño en una tienda de golosinas. Pude admirar las nuevas realizaciones de Vibex, recién sacadas al mercado y que elevan de manera evidente la calidad –por otro lado ya contrastada– de sus anteriores productos. Realmente no puedo desvelar demasiado sin hacer un spoiler de la próxima review de su nuevo distribuidor con doble filtro de continua, llamado Granada Platinum, y que haré en breve –en esta visita me llevo una unidad bajo el brazo–. Solo comentar que Cliff Orman va a centrar sus esfuerzos en solo dos productos en su catálogo, un distribuidor y un distribuidor con doble filtro de corriente continua.
También pude admirar la capacidad de Cliff para sacar el mayor rendimiento posible a una fuente analógica, incluso hasta límites inimaginables para quien no conozca los profundos conocimientos de la tecnología analógica que atesora. Me impresionó la mejora que ha efectuado de un plato y brazo de la británica Fletcher: plinto sustituido por uno de termoplástico, nuevo lubricante para el eje, nuevo armboard de Krion con tornillos también termoplásticos, pies Vibex para todo el conjunto, brazo con cableado mejorado, ajuste del VTA mediante tornillo de PEEK y algunas más que no recuerdo y que convierten un modelo de gama media-alta como el Fletcher Omega Point 5/Zero en un conjunto analógico muy difícil de batir a cualquier nivel de precio. Está claro que Cliff con lo que más disfruta –además de escuchar música–, es con la investigación, desarrollo y creación de nuevos productos y soluciones.
Después de admirar estas “sorpresas” y volviendo la vista hacia nuestras protagonistas de esta audición, me impactó otro “invento” de Cliff que paso a explicar brevemente. Se trata de una plataforma para cajas acústicas, pensada para poder jugar y ajustar de manera cómoda y –lo más importante– muy precisa la orientación de las cajas a nuestros oídos –“toe in” en inglés–. Consta de dos bases de Krion con un eje de gran estabilidad, que permite que la plataforma superior se deslice a izquierda y derecha, y que cuenta con un dial milimetrado para poder medir el cierre o apertura que le damos a cada una de manera absolutamente precisa. Según nuestro anfitrión el rendimiento de las Sonja sobre esta base –sustituyendo también las puntas metálicas que trae de serie la caja– es muy superior al estándar, y de eso dio fe el mismísimo Kerry St. James de YG Acoustics en su reciente visita a Cosmos Hifi, en la que quedó encantado de sus prestaciones.
Pero volvamos al tema que me trajo a Ciudad Real, la escucha de las impresionantes YG Acoustics Sonja 2.2. Tomar referencias en su sistema para mí es sencillo, pues la amplificación de Ypsilon que Cliff tiene en su sala principal es la misma que yo tengo en mi sala de escucha. Repasemos la configuración completa del sistema:
- Cajas acústicas YG Acoustics Sonja 2.2
- Preamplificador de línea Ypsilon PST100
- Preamplificador de fono Ypsilon VPS100
- Transformador MC Ypsilon MC Step Up
- Etapas monofónicas Ypsilon Aelius MKII
- Giradiscos Fletcher Audio Omega Point 5 –ampliamente modificado–
- Brazo Fletcher Zero –ampliamente modificado–
- Cápsula MC Lyra Etna SL
- Cableado Audience
- Distribuidor con filtro de continua Granada Platinum
Para la audición utilizamos exclusivamente fuente analógica, con discos sumamente conocidos por mí. Bastaron unos segundos desde que la aguja se posó en el primer LP para recibir una sensación tanto de familiaridad –sin duda por el carácter inconfundible de Ypsilon–, como de relajación y paz, proveniente de unas cajas acústicas con un nivel de distorsión muy bajo y capaces de proporcionar un silencio solo al alcance de unas pocas firmas elegidas. Estas son características para mí no negociables en cajas de absoluta referencia y solo si las encuentro puedo llegar a emocionarme y disfrutar plenamente. ¿Hay algo peor que esas cajas acústicas que parece que no se callan nunca y no encontramos esos instantes de silencio entre pasajes y notas, que nos hacen poder seguir los diferentes tempos musicales? Empieza muy bien una audición que me proporcionó nuevos argumentos para reafirmarme en mis impresiones positivas de YG Acoustics.
Equilibradas en todas las frecuencias, es imposible destacar el agudo sobre el grave o las frecuencias medias sobre el resto. En realizaciones sin compromiso no podemos renunciar a nada y tenemos que percibir todas las frecuencias con coherencia e integración, y por supuesto sin dureza. Lo agudos son extendidos pero suaves y sutiles, e integrados con las frecuencias medias casi como si escucháramos una fuente puntual. Esa integración absoluta no solo abarca agudos y medios, ya que la mayor parte de las frecuencias graves provienen también de esa cabeza estilo D’Apollito que tan bien funciona. El woofer trasero trabaja prácticamente como un subwoofer, pleno de poder y autoridad que proyecta la impresión de caja grande de manera muy convincente, pero sin posibilidad de modificar ningún ajuste del mismo y llegar a estropear su perfecto funcionamiento.
Personalmente no me considero amante de productos tan tecnológicos como los de YG Acoustics, sobre todo de cajas acústicas con drivers metálicos. En este caso, los altavoces que monta la firma americana son mecanizados desde bloques sólidos de aluminio, y sin embargo suenan de fábula. Las ideas preconcebidas quedan de lado ante resultados finales de primer nivel y su sonido lo es. Sin duda el trabajo de filtrado de estos altavoces es de excepción y consigue proporcionar un sonido muy detallado, coherente e integrado en todas las frecuencias y sobre todo natural en su timbre.
La pegada y poder reproduciendo bajas frecuencias es igual de destacable, pero siempre con un control absoluto. Me atrevo a achacar parte del mérito de este férreo control en graves a tener la caja acústica algo más elevada del suelo, mediante la plataforma descrita antes, y que vista la calidad sonora obtenida doy por hecho que resulta una mejora. Aunque seguro que el resultado también sería de primer nivel en su configuración habitual, utilizando las gruesas puntas metálicas que las Sonja 2.2 ofrecen como equipamiento de serie.
Mis visitas a Cosmos Hifi, a casa de mi buen amigo Cliff Orman son siempre un auténtico placer. Sus salas de audición y centro de producción son un “parque temático” para mí, que valoro tanto su creatividad e ideas, siempre al servicio de llevar al extremo los límites del sonido y su reproducción. Pude ver destacadas novedades en sus realizaciones: sus nuevos distribuidores y filtros, su nueva base para ajuste de cajas acústicas en sala, su modificación repleta de sabiduría de los productos de Fletcher Audio… pero sobre todo pude rememorar las cualidades que ya intuí en aquel lejano Elitexpo 2012 con las YG Acoustics Sonja 2.2. Son cajas soberbias, capaces de erigirse como el eje sobre el que crear un sistema de sonido de absoluta referencia. Una de las mejores cajas acústicas del mercado, sin más…