Publicidad

En cuanto a los detalles de fabricación internos, lo cierto es que aquí la nota es muy alta. Mi única duda es si podrían haberlo fabricado al ancho normal de 43 cm, para separar un poco más algunas partes –alimentación, entrada, parte digital…–, porque cuando lo abres te das cuenta de por qué pesa tanto. Chasis aparte, está repleto de circuitos, con una placa de entradas digitales superpuesta a otra –principal–. La alimentación corre por cuenta de un muy dimensionado transformador toroidal y es por lo tanto cien por cien lineal, con rectificación y filtrado de calidad y regulaciones globales y locales, con una buena selección de componentes pasivos y reservas de energía situadas al lado de cada circuito que lo necesite. ¡Excelente!

Asus Essence III interior todo fuera_MG_5143

Las entradas digitales usan chips conocidos: el Cmedia para la USB, que le permite trabajar en modo asíncrono y con señales PCM hasta 192 kHz o DSD, y un Burr Brown PCM9211 para las digitales corrientes. Aseguran un bajo nivel de jitter dos cristales de calidad –uno para las frecuencias múltiples de 44’1 y otro para las de 48 kHz–. Las señales digitales pasan después a los chips encargados de convertirlas, los DAC en sí, que son una pareja de AD1955 montados en doble diferencial, es decir, cada uno se ocupa de un canal, entregando tanto la fase positiva como la negativa. A partir de aquí el circuito es totalmente balanceado, salvo para las salidas no balanceadas lógicamente. Toda la parte analógica usa amplificadores operacionales, pero unos muy especiales y casi retaría a quien quiera montar otros –fácil porque van sobre zócalos–, a ver si es capaz de mejorar el resultado porque Asus ha echado el resto, usando AD827 y Muses 02 entre otros. Como veremos esto marcará en cierto modo el perfil sonoro del Essence III. Por cierto que trabajan duro –clase A–, como es obvio por la temperatura que alcanzan en marcha –cerca de 50 grados medí en sus cuerpos–. El control de volumen como apunté más arriba es por pasos: un conjunto de relés en miniatura conecta una red de resistencias para conseguir esos 24 pasos… que se hacen tan extraños al manejar el volumen a mano. Las salidas para auriculares usan chips LME 49600, de nuevo piezas “boutique”… y de las que Asus se muestra muy orgullosa por cierto –quizás en exceso, a costa como también apunté de un manual más “de usuario”–.

Asus Essence III interior_MG_5152

Escucha

Aunque por tamaño pueda parecerlo, no es éste un aparato “portátil” sino más bien “portable” como mucho, pues pesa y necesita una conexión a 220V para funcionar. Aunque el mío debió de llegar a mi poder bien rodado, lo dejé puesto en el equipo de mi habitación/despacho con unos auriculares sonando unos días. Allí pude aprovechar para un primer acercamiento y, ya que tenía el ordenador, me dediqué a comparar algunos temas procedentes de dos fuentes de “streaming”, la popular Spotify Premium y la nueva Tidal –transmite sin compresión–. Aunque cada vez que las comparo me choca lo diferentes que suenan –muy a favor de Tidal y no sé si habrá “trampa” porque cuando comprimo un disco mío no noto tanta diferencia–, estaba claro que el Essence ofrecía suficiente transparencia como para apreciar esos matices. Aunque probé algunos auriculares IEM que uso cuando viajo, y comprobé así el bajo ruido de fondo presente –excelente–, centré mis pruebas en los Sennheiser HD600 que tan bien conozco y que han sido los supervivientes a mi pasada fiebre auricular… Pero seguiré con esa parte de la prueba más adelante, porque la escucha con auriculares ya no es mi prioridad –de ahí lo de “pasada”– y sí sentía muchas ganas de poner a prueba este DAC en los equipos de altavoces “grandes».

Asus Essence III salidas _MG_5160

Primera parada, equipo del salón con las Vivid V1.5 y amplificación de válvulas Ars Sonum Gran Filarmonía o “vintage” –una sorprendente etapa Sony ES que me di el capricho de quedarme hace poco–. Enseguida identifico un tipo de sonido “grande”, con una escena amplia, pero con cierta suavidad general, dulce incluso, algo oscuro tal vez. Pero la escena sonora ofrecida es anchísima y muy profunda, verdaderamente me sorprendió este rasgo en un aparato digamos a priori, de una marca “informática” y no “audiófila”… No sé cuánta gente lo probará en un equipo mínimamente acondicionado con altavoces bien situados y acústica decente, pero desde luego el potencial está ahí para entender por qué “estéreo” viene de la palabra griega que significa “sólido” –léase tridimensional–.

1 2 3 4

Comments are closed.