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Barra de sonido Sennheiser AMBEO Soundbar Mini: “sexy”, sofisticada, versátil y ultraefectiva

Versión “a escala” de la magnífica AMBEO Soundbar, la AMBEO Mini Soundbar es una elegante y refinada barra de sonido que juega con el poder combinado de la ingeniería y la experiencia únicas de Sennheiser con la creatividad del reputado Fraunhofer IIS -una especie de MIT alemán especializado en electrónica y procesado de señal, entre otras disciplinas- para ofrecer una experiencia de escucha altamente convincente con películas, videojuegos y música. Extremadamente completa, a la vez que desconcertantemente simple de usar, la protagonista del presente análisis constituye una opción muy honesta -siempre y cuando la estancia en la que se instale no sea muy grande- para ennoblecer el -por definición… ¡la física manda!- más bien mediocre sonido de cualquier televisión de última generación tanto en el ámbito tonal como en el espacial, complementándolo con funcionalidades tan interesantes -y cómodas- como la calibración automática -para facilitar la integración en términos acústicos- y un montón de opciones de personalización. A los amantes de la tecnología pura y dura les gustará saber que, respetando las debidas simplificaciones formales, la AMBEO Mini Soundbar es capaz de simular de manera creíble los mismos espacios sonoros que su hermana mayor, léase configuraciones de 7.1.4 canales, a partir de sólo 6 altavoces, debidamente apoyados por 250 vatios continuos de amplificación. Todo ello, por supuesto, con una calidad de fabricación y unos acabados espléndidos, como siempre en Sennheiser.

“Soundbar”: una solución de compromiso que puede llegar a ser muy convincente

Por encima de todo, hay que tener bien claro que para ver una película o un concierto combinando imagen de alto nivel -entendemos que de resolución 4K u 8K “simulada”, aunque la “Full HD” bien grabada también encaja- con sonido a la altura, no hay nada como un buen sistema multicanal, idealmente de tipo 5.1.2 como mínimo para incorporar el audio 3D o multidimensional/basado en objetos a la ecuación, aunque con uno estereofónico también es posible obtener buenos resultados. En este sentido, todo dependerá de la fuente que utilicemos ya que un Blu-ray Disc siempre ofrecerá más opciones que el mejor streaming. En cualquier caso, lo que sí resulta indiscutible es que los televisores de nueva generación -en realidad desde hace ya sus buenos 10 años- no pueden incorporar, por su estilizadísimo perfil, equipos de sonido en condiciones, aunque hay algunas excepciones. La solución para compensar esta limitación impuesta por algo tan obvio y contundente como son las leyes de la física pasa por un tipo de producto que desde hace ya años se ha convertido en uno de los más populares del mercado: la barra de sonido o “soundbar”. Hablamos de un producto que en un único recinto concentra un sistema de sonido multicanal completo con la pertinente conectividad, lo que lo convierte en una opción extremadamente práctica en términos de usabilidad con el añadido de una elevada deseabilidad por parte de quienes quieren prestaciones que no interfieran en la decoración de su espacio de ocio particular.

Como no me canso de decir, una cosa es hacer algo y otra es hacerla bien, lo que en el caso concreto de una barra de sonido implica lograr la perfecta armonización, de altavoces, electrónica de amplificación, circuitería de gestión, acceso a contenidos remotos y control del sistema con el fundamental “plus” de una estética agradable a la vista y no invasiva a partes iguales. Si además exigimos un precio, si no bajo, sí por lo menos competitivo, en buena parte porque ahora mismo hay en el mercado televisores realmente buenos que se ofrecen a precios de risa, el abanico de opciones en liza se reduce de manera sustancial. Y así llegamos al protagonista del presente banco de pruebas, una propuesta de la tan veterana como prestigiosa firma alemana Sennheiser -conocida sobre todo por su extenso portafolio de auriculares y equipos de sonido profesional- cuyo concentrado de soluciones en ingeniería y su evidente belleza plástica la convierten en una de las mejores propuestas del momento en términos de relación calidad/precio. En suma, una barra de sonido perfectamente asimilable a lo que se podría denominar “High End asequible” dentro de las realizaciones de su clase.

El “ADN Sennheiser” se nota en la ejecución interna y las soluciones tecnológicas utilizadas, incluyéndose entre estas últimas las importadas del modelo AMBEO original.

AMBEO Soundbar Mini: una preciosidad que lo tiene casi todo

Si echan un vistazo a la ficha técnica que, como siempre, hay al final del presente artículo, se darán cuenta que el “pack” de características de nuestra invitada es de lo más contundente, hasta el punto de parecer incluso pretencioso. Pero la verdad es que de pretencioso nada porque si investigamos un poco su ADN llegamos fácilmente a la conclusión de que estamos ante una versión “jibarizada”, como dirían los franceses, de la impresionante -tuve la ocasión de probarla hace casi 5 años- y sustancialmente más onerosa AMBEO Soundbar -ahora AMBEO Soundbar Max- con lo que ello comporta en aprovechamiento de economías de escala productivas por un lado y de desarrollos tecnológicos ya existentes a la par que ampliamente contrastados por otro. 

Entrando ya de lleno en la AMBEO Soundbar Mini, llaman la atención de inmediato dos datos que parecen incompatibles: la capacidad para reproducir configuraciones de audio de 7.1.4 canales y la existencia de sólo 6 altavoces con sus correspondientes circuitos de amplificación individuales. ¿Cómo se “come” esto? La respuesta hay que buscarla en la colaboración de Sennheiser con el muy prestigioso -su presencia en el espacio del potente certamen berlinés IFA dedicado a la innovación pura y dura era todo un clásico- de Fraunhofer IIS, un prestigioso centro de investigación alemán -si quieren saber más, pueden echar un vistazo en https://www.iis.fraunhofer.de/en/ff/amm.html– al que se deben, entre otros, desarrollos como las codificaciones de audio -destinadas a aplicaciones tan diversas como la escucha/realce ambiental de música o las comunicaciones- mp3, MPEG-H Audio, xHE-AAC, EVS, LC3/LC3plus, Symphonia, Sonamic y upHear. Una relación que conecta con una bella frase que figura en la sección de la web de la firma alemana dedicada a nuestra invitada y que en mi opinión es toda una declaración de intenciones sobre lo que hay detrás: “Mágica y lógica – cuando la tecnología avanzada se convierte en emocional.” Pues bien: la AMBEO Soundbar Mini suple la ausencia de altavoces de emisión superior fundamentales para el audio 3D generándolos mediante un procesado digital de señal basado en el antes citado MPEG-H Audio, la tecnología de virtualización AMBEO de Sennheiser. En ese sentido, resulta harto interesante el hecho de que la firma germana incluso efectuara pruebas en plena naturaleza salvaje para evaluar la reacción de animales concretos a la presencia de sonido inmersivo generado con ayuda de la tecnología en cuestión. En el ámbito del hardware, el uso de un “chip” de tipo SOC (es decir que concentra la práctica totalidad de los bloques que constituyen un ordenador) de cuatro núcleos y funcionamiento a 1’8 GHz se encarga de lograr el suficiente realismo sonoro para que la escucha de sonidos cuidadosamente elegidos provocara una reacción inequívocamente “natural” en las especies seleccionadas. Un realismo al que, por supuesto, contribuye la calidad de los transductores empleados, todos ellos con diafragma de celulosa y la potencia de amplificación disponible, asegurada por una electrónica de alta calidad con funcionamiento en Clase D capaz de entregar un total de 250 vatios continuos… ¡también un “intangible”, pero que está ahí y que no es sino el “ethos” audiófilo/purista consustancial al ADN de Sennheiser! Sobra decir que entre las capacidades más distinguidas de la tecnología de virtualización AMBEO figura la “conversión en audio 3D” de cualquier contenido estereofónico o de 5.1 canales. 

La AMBEO Soundbar Mini está concebida para ser gestionada vía “app”, y la verdad es que la Smart Control App no defrauda en absoluto por el “mix” de facilidad de uso y potencia que ofrece. Quienes necesiten más contundencia y/o profundidad en los graves encontrarán en el elegante subwoofer activo a juego AMBEO Subwoofer SW02 -pueden conectarse hasta cuatro unidades- la herramienta definitiva para ello.

En el terreno de la práctica, la clave de nuestra invitada se llama AMBEO|OS, una plataforma que, como su nombre sugiere, hace las veces de “cerebro operativo” de nuestra barra de sonido a fin de convertir su instalación y configuración en un juego de niños a partir del concurso combinado de un amplísimo espectro de posibilidades de conexión -aunque yo soy de los que piensan que nada mejor que un buen cable- y la completísima Smart Control App, cuya descarga en un dispositivo móvil inteligente es por otro lado imprescindible si se desea explotar a fondo la AMBEO Soundbar Mini por cuanto permite acceder a una serie de opciones de personalización que no permite el mando a distancia suministrado de serie. ¿Qué vale la pena destacar? De entrada, la calibración automática para integrar nuestra invitada en la estancia donde vaya a ser instalada, siempre en el bien entendido de que la Sennheiser no ha sido concebida para funcionar en salas de más de 25-30 metros cuadrados. Una calibración para la que se dispone de 4 micrófonos de campo lejano de alta precisión que ayudan a determinar las dimensiones de nuestro espacio y localizar el punto de procedencia del sonido de los altavoces “fantasma” encargados de generar la que podríamos llamar “ilusión 3D”. Hay también varios modos de sonido (adaptativo, música, películas, deportes y noticias), un modo de realce de la voz, otro para optimizar la escucha nocturna.

La hora de la verdad: sin ninguna duda, Sennheiser no va de farol

Probé la AMBEO Soundbar Mini, que, dicho sea de paso, se suministra en un embalaje a la altura de la reputación de Sennheiser, amén de muy práctico y robusto, con un espléndido televisor -Sony XR 65 A 90J- de un buen amigo porque el mío, pese a ser también espléndido, acaba de cumplir 15 años -un Panasonic con panel de plasma de 54” desarrollado conjuntamente con Pioneer del que se fabricaron muy pocas unidades- y no incorpora las funciones “inteligentes” requeridas. Por lo demás, la instalación de la Smart Control App -en mi caso para Android- se lleva a cabo siguiendo la “liturgia” estándar, aunque siempre se dispone de la opción de realizar la conexión utilizando el cable HDMI -bastante decente, todo sea dicho- suministrado de serie. En este sentido, la guía rápida -impresa- que acompaña a nuestra invitada resulta de lo más efectivo si se quiere ir por la vía rápida, valiendo la pena subrayar la muy oportuna toma USB para alimentación que hay justo al lado de la toma HDMI (que además es compatible eARC). 

La Sennheiser AMBEO Soundbar Mini es un producto indiscutiblemente deseable en todos los sentidos. La calidad de fabricación es excelente y la presentación del producto, irreprochable.

Utilizando como fuente principal un reproductor de Blu-ray Disc 4K Pioneer UDP-LX800 y como fuente secundaria streaming vía Netflix y HBO Max, he de reconocer que la AMBEO Soundbar Mini está más que bien; de hecho, muy bien. De entrada, su curva tonal no agrede a los oídos como la de la inmensa mayoría de modelos “mainstream” disponibles en el mercado, haciendo que la escucha sea confortable incluso de niveles de presión sonora respetables. Aquí la calibración automática ayuda mucho, pero no hay que pedir peras al olmo y por lo tanto ser conscientes de que, si nuestra sala de estar tiene, insisto, más de 30 metros cuadrados la distorsión y/o la pérdida de discriminación harán acto de presencia. Dicho esto, la Sennheiser seduce tanto con “Top Gun: Maverick” y “Dune” como con “El Gran Showman”, el tema principal de la televisiva serie “Euphoria” o los fabulosos “The Berlin Concert” de Plácido Domingo/Anna Netrebko/Rolando Villazón y -DVD en este caso- “Elevation Tour 2001” de los U2 (Boston, 2001), aunque, en mi opinión, la simulación de sonido envolvente multidimensional resulta mucho más convincente, pese a presentar limitaciones en altura vinculadas a la grabación de cada contenido específico, con películas que con música, lo que por otro lado tiene toda la lógica del mundo. Pero la transparencia, la naturalidad y, muy importante, la dinámica, están a la orden del día, con agudos limpios y definidos, medios bien estructurados y graves muy decentes. Aún así, las leyes de la física son las que son y por lo tanto el muy poderoso grave del citado tema de “Euphoria” -lo mismo cabría decir para no pocas escenas de “Dune”- se aguanta por los pelos si “metemos caña” al control de volumen, hasta el punto de que la adición de un -el sistema permite hasta cuatro- subwoofer activo AMBEO Sub SW02 (749 euros) sería más que recomendable si no estamos dispuestos a aceptar recortes en materia de pegada y, sobre todo, profundidad. 

En síntesis, una barra de sonido con indiscutible clase

Una de las “ventajas” de Internet es que si no eres el primero del universo conocido en probar algo, siempre puedes echar un vistazo a lo hecho previamente por otros para ver por dónde sopla el viento, por lo que leí en su totalidad un par de análisis, concretamente los publicados hace relativamente poco por What Hi-Fi? y TechRadar, coincidiendo un servidor de ustedes en un 90% con el segundo de ellos. Pero me llamó la atención el hecho de que, en ambos casos, el origen anglosajón de ambos medios hiciera que fuese la relación calidad/precio uno de los pocos parámetros de la AMBEO Soundbar Mini en cuya valoración, más bien “no buena” coincidieran. Pues bien: ahí discrepo profundamente, con toda seguridad porque mi “sistema operativo” funciona más a la manera japonesa/alemana y por lo tanto considero que pagar más por tener más calidad es una inversión. Dicho esto, considero la Sennheiser un producto francamente “redondo” en todos los sentidos, desde la estética y la calidad de fabricación hasta la tecnología, el sonido, la usabilidad (la “app” es cojonuda) y, como consecuencia de toto ello, el precio. ¿Puntos débiles? Muy pocos siempre y cuando, vuelvo a repetirlo, no se pidan peras al olmo en términos de espaciosidad -sobre todo en la componente vertical del audio 3D- y profundidad de los graves cuando la sala utilizada posea unas dimensiones superiores a 25 metros cuadrados. Sin lugar a dudas, una solución magnífica para ennoblecer el sonido de cualquier televisor de última generación sin complicarse la vida ni renunciar a lo último en tecnología ni versatilidad.

Ficha Técnica

  • Configuración: barra de sonido inalámbrica con procesado de sonido envolvente multicanal y multidimensional incorporado
  • Número de canales: 7.1.4 (6 de ellos amplificados) vía tecnología de virtualización de audio AMBEO
  • Compatibilidad sonido 3D: Dolby Atmos, DTS:X, MPEG-H Audio y 360 Reality Audio
  • Número de altavoces: 6 (4 de gama completa de 41 mm de diámetro y 2 woofers de 102 mm)  
  • Respuesta en frecuencia: 43-20.000 Hz (puntos de corte a -3 dB)
  • Potencia del amplificador interno: total de 250 W RMS 
  • Conectividad: 1 salida HDMI 2.1 con eARC, 1 toma USB para alimentación de dispositivos externos, Bluetooth (5.2), Wi-Fi, AirPlay 2, Alexia built-in, Chromecast built-in y acceso directo a contenidos de audio en la nube vía Spotify Connect, TIDAL Connect; posibilidad de conexión de hasta 4 subwoofers activos AMBEO Sub por vía inalámbrica
  • Control: vía Sennheiser Smart Control App
  • Dimensiones: 700x65x100 mm (An x Al x P)
  • Peso: 3’3 kg 
  • Precio de venta al público recomendado: 799 euros
  • Importador: www.magnetron.es 

 

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