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Gama alta en audio portátil

Introducción

Volvemos, casi un año después, a tener ocasión de probar otro auricular: el Bowers & Wilkins Px8. Y, además de coincidir con las fechas del último artículo (fiestas navideñas), coincidimos también con el mismo sector de mercado: el audio portátil. Hace unos años ya planteé en otro artículo, creo que por entonces dedicado a un Sennheiser, los puntos que consideraba esenciales en un auricular diseñado para este tipo de uso. Pero creo que siempre es bueno dar un pequeño repaso al tema, para hacer memoria y para destacar también alguna diferencia que el paso del tiempo y el consiguiente avance tecnológico ha podido provocar.

Ya con compañeros de afición, y hablando de este tema hace más de una década en los foros de internet, medio que poco a poco ha ido quedando desafortunadamente en el olvido por la natural evolución de las redes sociales y smartphones, comentábamos este mismo tema. El audio portátil no tiene las mismas necesidades, ni tampoco las mismas exigencias, que un equipo estacionario de auriculares. Normalmente los pilares básicos de capacidad técnica y fidelidad tímbrica que casi todos esperamos de un buen equipo se tambalean un poco cuando la escucha está sujeta a las circunstancias puntuales del entorno y la situación: ruido, calor, peso, aislamiento hacia el exterior para no molestar, portabilidad, conexión y, no hay que olvidarlo, estética. Después de dar algunas vueltas al asunto casi todos coincidíamos en que un buen auricular portátil debe tener algunas características evidentes: tamaño reducido, buen aislamiento, fácil conectividad y un carácter musical que vaya del lado de la versatilidad.

En la actualidad hay un apartado que se ha sumado a estas exigencias: un sonido lo más cercano posible al nivel audiófilo. Habría tema como para llenar un estadio si nos proponemos acotar o definir este término, pero creo que, sin dramatizar, podemos entender perfectamente a qué me refiero. Actualmente el nivel de calidad sonora ha mejorado tanto que ya no es ninguna locura plantearse un auricular que nos de este tipo de escucha dentro del sector portátil. Y ojo, digo portátil, que no inalámbrico. No es lo mismo. 

El modelo que nos ocupa en este análisis ofrece una calidad sonora que, si bien habrá quien discuta si se puede considera o no de nivel audiófilo, desde luego está muy cerca de lograrlo. Vamos a los detalles del mismo, y descubramos si realmente consigue esto que desde hace tanto tiempo esperamos que se cumpla.

Construcción y calidad material

El Px8 se entrega en una caja de cartón rígido, de color blanco con la marca como única inscripción. Está recubierta, eso si, por una capa fina de cartón con la impresión en gran calidad del modelo exacto y algunas funciones explicativas en su parte posterior. El tratamiento de este embalaje está muy cuidado. 

Dentro de su caja encontraremos la funda textil del auricular, también rígida, y en el color acorde al modelo elegido. En nuestro caso, color rojo burdeos. La funda es de muy buena calidad en todos los detalles materiales, tanto por fuera como interiormente. Incluso en la cremallera se nota un pequeño plus de calidad en su manejo y resistencia aparente.

Como accesorios este modelo trae dos cables, uno con conectores USB-C en ambos extremos, que sirve tanto para carga como para escucha directa conectado a cualquier dispositivo informático, y otro con un extremo en USB-C (el del auricular) y otro en formato jack de 3,5mm que permite conectar el auricular a cualquier fuente analógica. No trae, sin embargo, almohadillas de repuesto, algo que se hubiera agradecido bastante.

El auricular tiene un diseño extraordinario. La versión recibida, burdeos como ya hemos dicho, no es precisamente discreta (yo hubiera escogido la de color negro), pero aún así debo decir que su aspecto impresiona en vivo. Ya conocía desde hace años los diseños de B&W en sus auriculares, y siempre había prejuzgado que primaban el diseño sobre la practicidad en la marca. Ahora, tras haber tenido un contacto directo con este modelo, debo reconocer que no es así. Evidentemente el diseño está muy cuidado, pero no se descuida en absoluto el resto de aspectos como la resistencia y la comodidad. Me ha sorprendido para bien en este aspecto.

El auricular se adapta como un guante a casi cualquier tamaño de cabeza, y tiene un nivel de sujeción y presión perfectos: ni aprieta ni se siente peligrosamente poco sujeto. Además, puestos resultan mucho más discretos de lo esperado, ajustándose muy bien a la forma de la cabeza sin destacar en ningún sitio. Se puede decir que puestos son más discretos que en mano. Muy bien por tanto en cuanto a ergonomía.

Los materiales, tanto de diadema, copa como almohadillas son muy homogéneos en acabado y calidad, transmitiendo en todo momento una sensación de artículo de lujo como corresponde al sector de mercado en el que compite, no defraudando en ningún momento. Las almohadillas tienen una densidad también muy equilibrada, y no tocan la oreja (al menos en mi caso) en ningún punto, ni por el borde ni por la profundidad. Permiten sin problemas escuchas largas y relajadas, algo a lo que contribuye también el hecho de que la cancelación activa de sonido no provoca un efecto pecera tan marcado como en otras marcas de la competencia.

En cuanto al manejo, he podido conectar a varios dispositivos y manejar con facilidad el auricular en todo momento. Lo he probado con mi móvil, lógicamente. Pero también con el ordenador, la televisión y un par de iPads que tengo por casa. La conexión ha sido inmediata, y el propio auricular ha detectado siempre la configuración más apropiada con cada dispositivo. Hablamos de una auricular Bluetooth que posee los códecs aptX™ Adaptative, HD y Classic, AAC y SBC, además de sus perfiles correspondientes, cancelación de ruido adaptativa híbrida, escucha de ruido ambiente, sensor de detección de movimiento y demás parafernalia técnica y que sin embargo se controla desde la aplicación del móvil con gran sencillez e inmediatez. Puedes controlar toda su configuración de forma personalizada, o no complicarte la vida y dejar que el auricular lo haga todo de forma automática, que es la opción que seguramente más se use, y que realiza a la perfección.

Se puede decir, por tanto, que estamos ante un modelo muy equilibrado en todos los apartados de diseño y funcionalidad, y que, aún transmitiendo una sensación premium en todo momento, no deja de lado ningún aspecto práctico de uso. Sobresaliente, por tanto, en este apartado.

Sonido

El carácter sonoro del auricular es, en cualquier caso, el sonido cálido. Siempre se mostrará con cuerpo, aportando unos medios ricos y presentes y un grave bien matizado y con amplitud de extensión y registros. No es un auricular oscuro, ya que muestra una resolución muy alta y tiene un control adecuado de los extremos frecuenciales, tanto en el espectro alto como bajo. La calidez, por tanto, la aporta siempre el medio grave y la gama media. Pero si es cierto que nunca se mostrará agresivo por arriba, ni incisivo, aunque la grabación sea extrema en este sentido.

De corte refinado en cuanto a timbre, se muestra muy natural y creíble dentro de su coloración cálida. Si pudiera poner un auricular como referencia en su carácter, me inclinaría por escoger la el hd650 de Sennheiser, modelo muy conocido por cualquier aficionado. 

Se muestra, no obstante, más dinámico en general, y de una escucha algo más musical y divertida que el modelo audiófilo de Sennheiser. La dinámica es un aspecto en el que los auriculares han ido avanzando velozmente en los últimos años, y este modelo la da en un punto muy agradable: se nota su presencia, pero no llega a ser agotadora.

La escena es profunda y tiene buen grado de desarrollo, pero no destaca frente a otros modelos de la competencia, incluso más humildes, en amplitud. Si diría, sin embargo, que tanto en su construcción (de escena), como en la resolución general, este modelo si que está en general un escalón por encima de los que he tenido oportunidad de probar hasta ahora en este sector de la escucha portátil e inalámbrica, siendo el modelo de mayor capacidad en conjunto, como corresponde, por otra parte, a la gama en que se posiciona dentro de este sector.

El auricular puede configurar su tonalidad con un sencillo control de tono desde la aplicación, que lógicamente (aunque no ocurre en todos los casos que hemos probado), está configurada por defecto en la posición neutra. He comprobado que el desempeño de estos controles está muy bien desarrollado, y se nota su configuración pero de forma moderada y muy elegante. No conseguiremos que el auricular se transforme en algo extremo o incorrecto ni siquiera poniendo los controles del tono en sus extremos, pero se deja notar ligeramente su corrección ante temas o grabaciones con algún defecto. A diferencia de otros modelos que he podido probar anteriormente, creo que este control de tono, aunque sencillo, se deja usar con mejores resultados que otros más extremos.

En general, y para no alargarme en demasía, me he encontrado con un auricular muy agradable y fácil de escuchar, que aporta un sonido cálido y elegante y que dan ganas de usar casi de forma compulsiva. Se muestra musical y versátil con cualquier estilo, y cumple con creces con las cualidades que enumerábamos al principio de este artículo sin olvidarse en absoluto de la calidad sonora, que por fin vamos entendiendo como algo a lo que no es necesario renunciar en la escucha portátil.

Conclusión

Siempre es complicado sacar una conclusión clara cuando probamos auriculares de gamas altas. La cuestión no es ya si nos encontramos ante un buen auricular. Eso desde luego lo doy por sentado. Hace tiempo que probamos auriculares a los que es realmente complicado encontrarles alguna deficiencia importante, cada vez nos llegan productos más perfeccionados.

Por un lado el precio es elevado, sin ninguna duda. Pero por otro debo reconocer que el auricular ofrece un nivel de acabado material y de calidad sonora que justifica en gran medida la inversión. Está claro que cada uno debe decidir lo que le parece razonable invertir en el audio portátil. No estamos, por otra parte, ante uno de los modelos más caros del mercado, que conste. Hemos visto cosas mucho más extremas, y alguna de ellas ha pasado por nuestras manos y las hemos analizado en esta revista en los últimos años. 

Tan sólo diré que este modelo me ha parecido ejemplar en prácticamente todos los apartados en los que puedo valorar un auricular, y que, para no complicar más el tema, he acabado por comprarme unos. Creo que con esto queda todo dicho en cuanto a mi opinión se refiere.

Gracias a todos por llegar hasta aquí, feliz año y hasta la próxima, que espero sea antes de las siguientes fiestas.

P.V.P. 699€

Bowers & Wilkins

EQUIPO UTILIZADO DURANTE LA PRUEBA

  • Auriculares: Focal Elear, Sennheiser hd800, hd650 y hd540 Reference II, Philips Fidelio x2, Bose Qc35, Nad Viso HP50.
  • Amplificación: Rudistor Rpx100, Sugden Masterclass HA-4, Musiacl Fidelity M1-HPA, Benchmark DAC1 USB, Arcam A90, Marantz 1550, toma de auriculares de Marantz NA7004, iPad 2 y mini 1.
  • Fuentes: Benchmark DAC1 USB, Marantz NA7004, Primare cd31, Marantz 1550 (como sintonizador de radio), iPad mini 1.

 

 

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