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Sonido

¿Cómo superar lo insuperable? Ésta es una pregunta trampa con toda seguridad, pues el propio vocablo «insuperable» impide ir más allá, a no ser que aquello que así se suponía en verdad no lo fuera tanto. Este a simple vista complicado juego de palabras, en realidad no lo es si pongo un ejemplo para justificarlo. En mi sistema habitual empleo unos cables fantásticos, como son los de la firma Stealth Audio, que me otorgan una elevada transparencia y nivel de detalle, para mí repito «insuperables». Pues tras conectar con los cables Element47 todo mi equipo, debo decir que una especie de ligero velo sobre el sonido que yo no podía ver, ahora se ha retirado definitivamente, dando paso a una mayor realidad desconocida hasta el momento. ¿Quiere decir esto que los Element47 Black Master son mejores cables que los Stealth o que cualquier otro cable que haya escuchado? Analicemos su influencia en el sonido de mi sistema buscando la contestación de esta interrogante.

Si algo destaca en los cables Element47 en la primera escucha, es su referida ya trasparencia. La sensación de estar viendo a través de un cristal muy limpio y pasar a continuación a abrir la ventana de par en par, es extrapolable a la sensación recibida al conexionar mi equipo enteramente con estos cables. El primer aspecto beneficiado directamente por semejante efecto, es el nivel general de detalle, que se eleva un poco, ganando cuantitativamente la información reproducida. Esto repercute de manera sustancial en un aspecto usualmente poco considerado con la importancia que se merece, como es la capacidad de una instalación de capturar el sonido ambiente de una sala de conciertos, iglesia, estudio, o cualquier lugar de origen de una grabación. Los cables Element47 Black Master nos trasladan por arte de magia, por ejemplo a la iglesia donde José Carreras grabó su archiconocida Misa Criolla, resultando la ambientación insuperable y atrapándome su realismo de manera que no recordaba haber percibido antes. ¡Cómo nos ayuda en este menester esos ecos flotantes en el aire, o esos pequeños crujidos, toses del público y diversas informaciones de bajo nivel, que otras veces pasan desapercibidas! Pequeñas trampas que nos ayudan a intentar visualizar algo que nunca vimos ni oímos, información y detalle del momento de la grabación al fin y al cabo.

Un segundo aspecto a destacar de los Black Master, es su elevada rapidez de transmisión de la información. Imposible achacar a estos cables ser los culpables de disfrutar de un sonido demasiado tranquilo y acomodado, para encontrar un responsable a este tipo de sonido, sin lugar a dudas debes mirar a otro lugar. En cambio, lo que si pueden conseguir los Element47 es revitalizar y agilizar un poco, un sistema que tenga estas mismas carencias. Los ataques de los instrumentos pasan a ser impactantes, con gran precisión y visceralidad.

 

Así pues, si sumamos el hecho de disponer de un nivel de detalle espectacular, con una elevada velocidad en la transmisión del sonido, si el equilibrio tímbrico de los cables no es bueno, el resultado final puede llegar a ser molesto y fatigante con facilidad. Esta sensación por fortuna se encuentra totalmente ausente en los cables Element47, que me han impresionado por su capacidad de transcribir una fidelidad total de los timbres de todos los instrumentos y voces escuchadas a través de ellos.

Si repasamos las frecuencias más bajas del espectro sonoro, estas se muestran extendidas y plenas en toda su dimensión. Graves con gran extensión y peso son reproducidos con una dosis muy elevada de definición y control. Sin duda Element47 no ha permitido que unos graves pesados y blandos pudieran emborronar el resultado sonoro global, y la demostrada rapidez de los cables ayuda a reproducir estas frecuencias de modo más ágil y preciso. En ocasiones muchos aficionados confunden el disponer de unos graves un poco recortados reproduciendo las octavas más bajas del espectro sonoro, con disfrutar de unos graves articulados y definidos. Es frecuente entonces asistir a audiciones, donde el orgulloso propietario del sistema insiste en tener unas frecuencias bajas perfectas, cuando en realidad es que el equipo no las reproduce en toda su extensión. Los cables Element47 Black Master nunca van a ser los causantes de propiciar esta situación, pues son capaces de mostrar ante nosotros los graves más oscuros, densos y profundos que se puedan reproducir, pero tan limpios, rápidos y articulados como son en la realidad.

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