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Por último debo referirme al recinto y sus mejoras. Para su construcción se han utilizado seis paneles curvos de MDF encolados a presión y anclados a un bastidor interno, que divide la caja en dos recintos. Esto permite calibrar cada woofer y alinearlo con su puerto bass-reflex,  permitiendo una respuesta más rápida y la eliminación de las ondas estacionarias; el resultado: rapidez, claridad y contundencia. En cuanto al acabado exterior, las imágenes hablan por sí solas, un acabado high gloss fantástico, el woman factor puede ser barrido sin contemplaciones. Del mismo modo las conexiones son espectaculares; preparadas para bicableado cuentan con grandes bornes que admiten tanto banana como espadas, además nunca antes había visto unos puentes de tanta calidad. Asimismo se suministran unas magníficas puntas de desacoplo que pueden colocarse directamente a la caja o a una base de madera que ofrece mayor estabilidad, todo magníficamente presentado con sus cajitas independientes, hasta el trapito con el logo de la marca.

Tardes de buena música

Vayamos pues a lo que importa; toda buena caja precisa de un tiempo, es preciso un rodaje adecuado, buscar su ubicación exacta y elegir un buen cable. Respecto al rodaje he dado buena cuenta de ellas en las cuatro semanas que han estado en mi sala, de todos modos, el fabricante recomienda aproximadamente unas cien horas. La ubicación requiere tiempo y paciencia, no quiero decir con ello que las Epicon sean difíciles de colocar, pero si se quiere tener una escena sonora perfecta, hay que experimentar con distintas posiciones y con diferentes discos. Lo mejor como siempre, es ir probando en días sucesivos y con paciencia. Finalmente la elección de los cables será una tarea para el comprador, pues también dependerá de la amplificación utilizada, yo por mi parte, he utilizado mis habituales Cardas Golden Reference.

Para comenzar el análisis de las Epicon 6, mi primera elección se decanta por el cello, con el fin de comprobar su correcta respuesta en graves. He elegido dos grabaciones espectaculares, cada una en su ámbito, la primera una obra para cello solo y la segunda con acompañamiento orquestal.  Nadie pondrá en duda que la primera suite para violonchelo de Bach es una obra de las más conocidas y utilizadas por los aficionados para probar sus equipos, como tampoco dudarán que la lujosa edición de Mercury reeditada por Speakers Corner con la interpretación de Janos Starker es de lo mejorcito que hay en el mercado. Este fue el primer disco que escuche con las Epicon 6 y su recuerdo aún perdura en mí, por su sonido portentoso y el bajo articulado.

 

La escena es amplia, pues aunque el instrumento está centrado, un gran caudal de sonido inunda toda la escena sonora.  Especialmente atractivo es el tercer tiempo donde podemos oír perfectamente el arco frotando las cuerdas, dando como resultado una sensación de realismo encomiable. Las Dali reproducen con total fidelidad las frecuencias bajas del instrumento, dejando las notas suspendidas en el aire de forma natural.

La segunda grabación es un EMI con Tortelier interpretando las Variaciones Rococo de Tchaikovsky. Que bella interpretación, mi preferida con el permiso de Rostropovich/Karajan; que fraseo, que emotividad, un regalo para cualquier amante del cello y la clásica en general. El instrumento llena la escena sonora, pero el foco de emisión permanece invariable, ayudándonos mejor a percibir la orquesta tras él. Ésta ocupa su lugar sin desplazar el protagonismo del instrumento solista. Me ha gustado mucho el comportamiento de las Dali en esta grabación, pues dota de gran consistencia la parte baja del instrumento, un cuerpo más real, al tiempo que el resto de las frecuencias son tratadas con gran delicadeza. La orquesta perfecta en su acompañamiento, destacando el diálogo entre el clarinete y el solista, comparte también con la anterior grabación los inmensos silencios y como emerge el cello tras ellos.

Segunda parada, el piano solo. ¿Existe un instrumento mejor para demostrarnos la total naturalidad en las frecuencias medias y la generosa riqueza de armónicos que exhiben las Dali? Quizá existan mejores interpretaciones de los Nocturnos de Chopin como la de Rubinstein o la de Pires, pero tengo debilidad por esta grabación de Philips con Arrau al piano. Me encanta la forma de tocar de este señor, más que tocar acariciaba el piano. Hermosa grabación, no puedes dejar de oír. Reconozco que las Epicon me han sorprendido pues me ofrecen una parte baja con más cuerpo, un piano más creíble, pero al mismo tiempo la parte alta está muy contenida, sin perder ese brillo característico que posee el piano en las grabaciones de Philips. Los detalles son abundantes, los armónicos inundan la escena, siendo perceptible incluso la respiración del pianista.

Sin abandonar el piano solo me gustaría referirme a una de mis grabaciones más buscadas, la interpretación que en 1982 hiciera Rada Lupu de los Momentos Musicales de Schubert (Decca). La sensibilidad del artista llevada a su extremo más subjetivo, una de las mejores versiones de esta obra. Con las Dali no se pierde un ápice de la intimidad a la que nos tiene acostumbrados Lupu, música en su estado puro, los silencios son impresionantes y las notas se prolongan indefinidamente. La imagen sonora está perfectamente centrada, surgiendo todas las notas del mismo punto. En el piano el primer sonido surge de la cuerda golpeada por el macillo, expandiéndose a continuación por la caja de resonancia del instrumento y del mismo modo sucede aquí, el primer sonido es central (proviene del lugar exacto que ocupa el instrumento) y luego el siguiente se va abriendo llenando el resto de la escena sonora.

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