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Sistema de cajas acústicas activas con Bluetooth Klipsch The Nines: prestaciones y flexibilidad para quienes busquen calidad sin engorros

Situado en la cúspide de los sistemas de cajas acústicas con conectividad Bluetooth de la legendaria firma estadounidense fundada por el no menos legendario Paul Wilbur –“W”- Klipsch en 1946, el The Nines es una lección de saber hacer en lo tecnológico, de buen gusto en lo estético –en especial por su conexión con la atemporalidad de la gama Heritage- y de sentido práctico en lo que se conoce como “experiencia de usuario”. Todo ello, por supuesto, rematado por la enérgica sonoridad que desde siempre ha sido la principal seña de identidad de las realizaciones de la marca y un precio muy competitivo a tenor de los resultados ofrecidos que siempre se puede “reajustar” en caso de que queramos gastar menos o el espacio que tengamos para escuchar música sea muy reducido, optando por los más asequibles, aunque conceptualmente muy similares –me atrevería a decir que idénticos- The Sevens o The Fives o, ya en caso de que busquemos una simplicidad formal todavía mayor, el The One II. Y, por cierto, bien está saber que quienes busquen un toque de distinción extra pueden optar por la muy vistosa y “posh” McLaren Edition, disponible para los modelos The Nines, The Fives y The One II.

Una estética en sintonía con la de los modelos de la legendaria gama Heritage constituye la puerta de entrada a un muy musical sistema que se aprovecha de la contrastada ingeniería de Klipsch para ofrecer sonido de altos vuelos a partir de un formato innegablemente práctico.

Un concepto de producto muy seductor que admite múltiples variantes

Los franceses las llaman “cajas acústicas conectadas”, pero la verdad es que el término es muy genérico y admite un cierto número de variantes. La idea es que se trata de cajas acústicas que sólo requieren una fuente de sonido para convertirse en un sistema audio completo, lo que significa que deben incluir necesariamente su propia amplificación y un mínimo de circuitería de tratamiento de señal, léase una sección DAC y algo de procesado para gestionar la curva tonal. A partir de ahí, la ecuación se puede completar, por ejemplo, con la incorporación de un streamer que permita reproducir directamente música procedente de servicios online como Qobuz o TIDAL, por poner los dos más apreciados por los entusiastas del “audio desmaterializado” más purista. Una opción intermedia en lo que a “streaming” se refiere es la conectividad Bluetooth de alto nivel (preferentemente la versión 5.0), que, no obstante, continúa exigiendo el uso de una fuente externa para escuchar música. Es precisamente esta opción la que nos propone el protagonista del presente análisis: el “sistema” The Nines de la estadounidense Klipsch.

La clave del The Nines radica, como no podía ser de otro modo, en el uso de transductores y astucias acústicas íntegramente desarrolladas por Klipsch. Como es habitual en la firma estadounidense, la calidad de fabricación es muy alta gracias a un fino equilibrio entre artesanía y tecnología.

Estética “Heritage”, alta flexibilidad y solvencia de la ingeniería Klipsch

Hace casi tres años probé el sistema The Fives, hermano pequeño -por cuanto el The One II consta de un único recinto- del The Nines, y la verdad es que de la comparación entre ambos se deduce de inmediato que a nivel de concepto son prácticamente calcados, con la diferencia de que en el segundo los parámetros acústicos “cuantitativos” se mueven a un nivel muy superior. Para entendernos: con el The Fives podríamos “sonorizar” un pequeño despacho doméstico mientras que con el The Nines se podría hacer lo propio con la sala de estar. Dicho esto, y como decía anteriormente, lo que tenemos es un conjunto de cajas acústicas pensado para ser un “plug & play” de lujo para quienes tienen alergia a las complicaciones formales en su ocio tecnológico sin por ello renunciar a las diferentes opciones posibles para escuchar música.

 

Controlable por vía inalámbrica desde cualquier smartphone o tableta compatible, el The Nines destaca en primer lugar por su dotación de altavoces y, en segundo lugar, por la electrónica de amplificación y gestión asociada a la misma que incorpora. En el primer caso, lo que tenemos es una combinación ya clásica en las cajas acústicas de última generación firmadas por Klipsch: tweeter con diafragma de titanio cargado en bocina Tractrix de 90ºx90º fabricada en compuesto de silicona y “midwoofer” -de 203 mm de diámetro- con cono de compuesto de fibras diseñado para realizar grandes desplazamientos sin distorsión gracias a la actuación conjunta de un puerto Tractrix posterior y una circuitería de ecualización de graves dinámica dedicada que actúa como un compensador fisiológico (“loudness”) automático para ajustar el nivel correspondiente a las octavas inferiores del espectro a medida que el volumen cambia.

Hay que reconocer que los ingenieros de Klipsch se han empleado a fondo para exprimir al máximo las posibilidades de la configuración electroacústica que acabo de describir puesto que el The Nines combina una curva de respuesta en frecuencia muy notable si se tienen en cuenta las comedidas dimensiones de los recintos de cada una de las cajas que lo constituyen con la capacidad de alcanzar un nivel de presión sonora máxima de 115 dB, un registro a todas luces espectacular, casi brutal. En lo que respecta a la electrónica de amplificación, la firma estadounidense no da muchos detalles al respecto, aunque sí una potencia –independiente para cada tipo de transductor- que, a tenor de las características de los altavoces empleados, da para que los mismos vayan holgados y por lo tanto exhiban una distorsión mínima. En lo que respecta a la electrónica empleada, Klipsch habla de una “amplificación de alta eficiencia”, lo que sugiere el uso de un diseño en Clase D o similar, que además está duplicada no sólo para cada caja sino también para cada transductor, garantizándose de este modo una gestión óptima y, lo más importante, minimizándose la distorsión. 

El The Nines se completa con una conectividad “clásica”, es decir por cable, muy bien pensada, incluyéndose en la misma una toma HDMI compatible ARC para quienes deseen asociar el sistema a su televisor y una salida para subwoofer, sin olvidar un par de conectores RCA que admitan tanto una fuente de nivel de línea tradicional como un giradiscos (para cuyo caso se dispone de la preceptiva toma de masa) equipado con una cápsula de imán móvil (MM). De muy atractivo, amén de práctico, habría que calificar el juego de diales con “look vintage” situados en el panel superior de la caja acústica “master” -que es la que incluye la toma de corriente eléctrica y se conecta a la “slave” mediante un cable con conector de cuatro patillas dedicado- por cuanto aúnan vistosidad, robustez y finura de funcionamiento.  Sobra decir que nuestro invitado se puede controlar vía app, concretamente la Klipsch Connect App, que, entre otras opciones, permite gestionar la antes citada ecualización de graves dinámica.

El The Nines consta de una caja acústica “master”, que alberga la totalidad de las conexiones, y una “slave”, estando ambas unidas por un cable con conector de cuatro patillas dedicado. Cada caja alberga su propia electrónica de amplificación, a la vez que su carga de graves vía puerto Tractrix posterior asegura una curva tonal subjetiva extraordinariamente convincente.

El sonido: enérgico, transparente y sorprendentemente cálida

Aunque la manera más práctica de gobernar el The Nines es vía la antes citada app por cuanto convierte a nuestro dispositivo móvil de turno en un potente mando a distancia virtual, no se puede negar que si se es un usuario más bien “clásico” -lo cual no quiere decir necesariamente “mayor” en edad- el tacto de los diales que figuran en el panel superior de la caja acústica “master” resulta de lo más agradable. Por lo demás, el Klipsch es, como bien afirman sus creadores, un auténtico y genuino sistema “plug & play” por cuanto basta con conectarle la fuente de turno, que además del teléfono/tableta que tengamos puede ser una mecánica de transporte CD, un giradiscos -opciones ambas que hacen recomendable el uso de una base dedicada si van a compartir superficie con el The Nines salvo que coloquemos las dos “cajas” que lo constituyen sobre sendos soporte de suelo dedicados- o un ordenador portátil o de sobremesa.

Pasando al sonido en sí, lo primero que hay que destacar es que la relativa opulencia de los “midwoofers” del sistema Klipsch obra el milagro de dotarlo de una curva de respuesta en frecuencia subjetiva muy convincente que contribuye de manera drástica a la confortabilidad de la escucha al distribuirse la energía acústica disponible de un modo mucho más uniforme que, por ejemplo, en el The Fives. En este sentido, a la innegable pegada y, sobre todo, extensión de la respuesta en graves hay que añadir otro elemento clave: el incremento sustancial de la calidez en la zona alta del espectro, consecuencia directa de los progresos realizados por Klipsch tanto en el transductor empleado como en la bocina que lo acompaña, que por otro lado consigue multiplicar la difusión del sonido en nuestra sala manteniendo la distorsión bajo mínimos. Sobra decir que en términos de dinámica y nivel de presión sonora, el The Nines honra la tradición de la firma de hope (Arkansas) pero, de nuevo, multiplicando su confortabilidad gracias a un “midwoofer” que hace aflorar las octavas inferiores del espectro.

Para finalizar

Si lo comparamos con sus competidores directos más ilustres, el The Nines sobresale por la presencia de su sonido, una presencia rematada por el espléndido equilibrio exhibido por su curva tonal subjetiva -la “objetiva” tampoco está nada mal- y que permite al Klipsch sentirse a gusto con todo tipo de contenidos musicales. En este sentido, la potente “motorización” y las opciones de personalización ofrecidas ayudan mucho, a la vez que la estética “vintage” del conjunto lo hace muy deseable. Es más: en mi opinión, los superiores elementos cuantitativos aportados por The Nines con respecto a sus hermanos pequeños hacen que su relación calidad/precio sea excelente.

Ficha Técnica

  • Tipo de producto: sistema de cajas acústicas activas con Bluetooth
  • Configuración acústica: bass-reflex de 2 vías/2 altavoces
  • Altavoces: 1 “midwoofer” con cono de compuesto de fibras de 203 mm de diámetro y 1 tweeter con diafragma de titanio de 25 mm cargado en bocina Tractrix 
  • Respuesta en frecuencia: 34-25.000 Hz, +/-3 dB
  • Potencia del amplificador interno: máxima de 240 W continuos (2×100 W para los woofers y 2×20 W para los tweeters) y 320 W de pico
  • Conectividad: entradas HDMI con ARC, Fono/Línea conmutable, analógica para miniclavija de 3’5 mm, digital USB, digital óptica y Bluetooth (versión 5.0); salida analógica para un subwoofer
  • Compatibilidad audio “Hi-Res”: hasta 24 bits/192 kHz
  • Dimensiones: 241’3×485’8×339’7 mm (An x Al x P)
  • Peso: 12’88 kg la caja acústica primaria y 12’25 kg la caja acústica secundaria
  • Precio de venta al público recomendado: 1.999 euros
  • Importador: www.magnetron.es 

 

 

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