No se trata de “limpiar” la energía alterna entrante, sino de eliminar el problema “creándola” al margen de lo que nos entra de la calle.
Llegado a este punto, por el momento no tengo ninguna intención de cambiar ninguna de las piezas de mi sistema que, en algunos casos, se trata de “incunables” que no se fabrican ya y que son difíciles de encontrar en el mercado. Que marcaron una manera digna e inteligente de construir equipos “sin compromiso”.
Considero que he alcanzado con la configuración actual, el equilibrio en la música que nos hace disfrutar serenamente de la emoción en cada nota, en cada vinilo…
En casa solo buscamos el encontrarnos con la emoción que transmite Albinoni, Vivaldi, Ellington, Armstrong, Johnny Hodges o Loreena Mckennitt.
La satisfacción de escuchar la madera en los instrumentos de cuerda construidos por las mejores familias italianas o recordar aquellos LP´s de nuestra juventud; Alan Parsons, Mark Knopfler, Clapton, Supertramp o Pink Floyd.
Supongo que el considerarlo así, tiene que ver con la edad, pero pienso que, realmente no importa como de exclusivo es el equipo que tenemos, sino mas bien, si hemos conseguido con él alcanzar la profunda emoción que transmite la música y que sintetiza en nuestro corazón lo mejor que es capaz de sentir el ser humano.
Me resulta imposible destacar un número reducido de trabajos que pueda considerar “imprescindibles”, pero sí hay algún titulo que me emociona de manera particular:
Escuchar el saxo de Johnny Hodges en el Side by side con su maestro Duke Ellington es una maravilla.
Emocionarse con la voz y la originalidad de Loreena Mckennitt en The Visit (lo tengo en vinilo, por cierto), es toda una experiencia.
Encuentro tan insultante dejar la lista aquí como seguir añadiendo trabajos con la certeza de que la lista seria infinita…
En fin, disfrutemos más de la música y preocupémonos menos de resolver la lista de limitaciones que siempre encontramos en nuestros sistemas.
La música enaltece al ser humano y equilibra la balanza de otras creaciones como la guerra.
Continuación…
Como un flashback de una película, volvamos a describir la audición que dejamos pendiente.
No se reunían a priori las condiciones necesarias para que la escucha fuera un éxito, a saber, situación de las cajas acústicas digamos en forma «singular» con un sofá colocado entre ellas, sala totalmente desnuda – o sea sin acondicionar -, con las reflexiones no controladas y con una mesa de cristal de grandes dimensiones entre las cajas y el oyente. A pesar de estos «supuestos inconvenientes», he de confesar que esta ha sido una de las audiciones que más me han impresionado en mi vida, y en la cual la emoción que el sistema transmitía consiguió llegar a atraparme de manera importante.
Aunque el verdadero notario de la verdad de esta afirmación, es como no podía ser de otra manera el propietario del equipo, que no puede estar más satisfecho de su rendimiento y que asegura que hubo un antes y un después en la calidad del sonido disfrutado, con la inclusión de este sistema de alimentación en su casa.
Verdaderamente esta ha sido una, sino la mejor audición que he disfrutado en muchos años y no me queda más que felicitar a los afortunados poseedores de este maravilloso sistema de sonido, y a Cliff Orman en lo que le corresponde como artífice de esta instalación. Sin duda ésta visita ha marcado la próxima mejora a alcanzar en mi equipo, irrenunciable.
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