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Metronome enamora

Los incondicionales lectores de este eMagazine bien saben que desde hace ya tiempo tengo cierta predilección en cuanto al tratamiento de la señal digital se refiere por la firma de origen francés Metronome Technologie. Habiendo analizado con cierta cercanía temporal en mi domicilio y de modo exhaustivo dos de los mejores productos que actualmente tiene la firma en catálogo, el CD8S tube en el primer trimestre de 2017 y el Network Player DSC1 en el primer trimestre de 2019, he podido constatar cómo me ha cautivado esta pequeña empresa fundada cerca de Toulouse en 1987 por Dominique Giner (ex de Jadis) y que actualmente lideran desde mediados de 2014 Christian Bat y Jean Marie Clauzel.

Y me ha cautivado precisamente por todo lo contrario por lo que preliminarmente suelen cautivar los decodificadores digitales a sus más adeptos. No ha sido por la cantidad de entradas y salidas disponibles, no por la capacidad para decodificar todos y cada uno de los diferentes formatos de sonido que actualmente existen, tampoco por el diseño de boutique de sus componentes, ni por ninguna moda o tendencia sónica, ni siquiera por la actualización continua de su catálogo para disponer del último chip digital… ¡NO! Metronome me ha cautivado por lo que más importa: la emoción que transmite el sonido que ofrecen todos sus productos.

La filosofía de Metronome permanece intacta desde hace ya 32 años. Empresa de corte pequeño y artesanal, los empleados que tiene operativos y realizan todos sus productos “a mano” no son más de una docena. Está eminentemente enfocada hacia el mercado internacional, no en vano el 90% de sus ventas son exportaciones, más concretamente a los mercados asiático, ruso y de oriente medio, pero sin perder de vista el exigente y conocedor mercado norteamericano y europeo. Una empresa que vende poco más de 250 unidades al año y que tampoco tiene ambición alguna por vender mucho más. Sin embargo, parece que a raíz de la incorporación de Christian Bat y Jean Marie Clauzel, eminencias a nivel financiero y técnico respectivamente, no sólo han potenciado el branding propio que atesoraba la marca renovando muy acertadamente su catálogo, además la han posicionado como una de las empresas francesas punteras en el sector gracias a productos como el ya mitificado lector Dreamplay de su línea tope de gama Kalista.

En el presente artículo no mencionaré el actual catálogo de la firma ni contaré el histórico de la marca hasta llegar donde se encuentra, esta información os invito a rebuscarla en los dos artículos ya mencionados que podréis encontrar aquí y aquí. En este caso voy a centrar el tiro además de en el componente objeto del presente análisis (el decodificador digital/analógico LeDAC), en un lector de SACD denominado AQWO, presentado en la primavera de 2018 aprovechando una nueva edición del certamen anual organizado por el Hiend Society en la capital de Baviera y que recientemente se ha lucido en la última AXPONA norteamericana junto con las bellas cajas alemanas Vimberg (de TIDAL).

La firma francesa irrumpió en Munich con mucha fuerza mostrando además de todo el catálogo que tiene actualmente en stock, tanto de Metronome como de Kalista, este nuevo producto en cierta medida transgresor con la prudente política que hasta ahora ha seguido la compañía. Su primer lector de SACD que además, gracias a su completa y cuidada sección de decodificación, es capaz a través de su toma USB de descifrar resoluciones de hasta DSD512 (el llamado octoDSD). Los que ya tenéis cierta familiaridad con la marca como os habréis podido imaginar para poder realizar compatibilidad con este formato, en este modelo Metronome ha abandonado el uso de su fiel mecanismo de transporte Philips CDM12 Pro2 (para muchos la mecánica más musical y fiable del mundo) a favor de otro que igualmente dispone de carga superior de origen Marantz, pero extremadamente modificado, buscando llevar a inapreciable las vibraciones producidas por el giro del disco.

El AQWO (del griego antiguo akouo, significa “escuchando” o “escuchar”) dispone de salida a válvulas, con dos Philips JAN 6922 ya de uso habitual en la marca, y utilizadas por su buena ejecución en las frecuencias graves, cristalina transparencia en medios y suavidad en altas frecuencias. Con doble chip, uno por canal, de origen japonés Asahi Kasei AK4497 los cuales ya se presentaron en el CES de Las Vegas en 2016 con apabullante éxito y que desde entonces han sido implementados en multitud de componentes de alta gama por su excelente musicalidad. Dominado por una gran pantalla frontal a color de 6,5” táctil y con 15 kg de peso el sonido que pude percibir en la sala fue de altísimos vuelos encontrando una vez más la personalidad del sonido made in Metronome y que únicamente soy capaz de encontrar a día de hoy en las fuentes analógicas del formato rey de alta gama. 

Metronome en Munich, además del fantástico AQWO también tuvo en demostración entre otros el Network Player DSC1, lanzado en septiembre de 2017, y una nueva revisión de su lector integrado más vendido, denominado Le Player 2s, producto que muy posiblemente guarde estrecha relación interna con este LeDAC, al cual voy a entrar a describir en los siguientes epígrafes con absoluto detalle.

 

Metronome LeDAC

Presentado en medios sociales a modo de preview por la propia compañía como si del último lanzamiento de un nuevo deportivo de alta gama se tratara el pasado 31 de octubre, la firma francesa dejó entre ver unos bocetos basados en las líneas de su diseño con el siguiente texto “familiar shape, but new device! What could it be? Stay tuned!”. Poco más de una semana después finalmente se supo de qué se trataba, estaban anunciando con tanto halo de misterio un novedoso decodificador digital a analógico denominado LeDAC, decodificador que se posiciona en un segmento muy competitivo dado su democrático precio (entiéndase para los estándares habituales de la marca).

Tras anunciar que las primeras unidades fabricadas salían a la venta el pasado 18 de diciembre, contacté con la empresa importadora para España, Ars Antiqua Audio, cuyo C.E.O. Xubing Zhu, buen amigo y mejor persona, me anticipó que pediría una unidad exclusivamente para poder realizar una review para el mercado español, más concretamente esta, y así que todos los incondicionales de Hifilivemagazine pudieran descubrir a través del presente artículo este novedoso y abordable producto de la exclusiva firma francesa ubicada en Montans, junto a Toulouse.

Dicho y hecho, poco después llegó directamente desde Francia el paquete. El aparato se dispone perfectamente embalado en triple caja de cartón sujeto con dos sencillos protectores de porexpan, cubierto de un fino plástico transparente y con un cable de alimentación al uso, como por lo que veo vienen acompañados siempre todos los aparatos de la firma. Se incluyen unas instrucciones en inglés, tanto en papel como en CD, así como un completo catálogo de productos, tarjeta de garantía y certificado de calidad numerado y asociado al número de serie del aparato. Finalmente destacar que se incluyen una terna de puntas de desacoplo magnéticas las cuales no dudé en incorporar desde inicio. El color elegido para la ocasión es negro, si bien existe opción en gris. El nº de serie del aparato es el S/N013, con lo que no cabe duda de que tengo entre las manos una de las primeras ediciones fabricadas y sobre todo y a tener en cuenta en mí análisis que tiene ausencia completa de rodaje.

Lo conecto al sistema mediante cableado digital S/PDIF, por un lado al magnífico streamer Bluesound Node 2i que ya evaluara meses atrás aquí y por otro a mi lector de CD de referencia, el bello B.M.C. Belt Drive CD 1.1. El cableado digital corrió a cargo de TelluriumQ y de MIT, siendo el cable de red utilizado para LeDAC un Acrolink de alta gama. Pero mientras dejo la review “rodando” para obtener el mejor sonido posible del aparato, vamos a definir previamente qué tenemos por dentro y por fuera.

El peso neto de LeDAC son algo más de 12Kg y sus dimensiones las típicas de un componente de alta gama, sin problemas para entrar en el típico rack de hifi al uso. El acabado es el esperado de cualquier aparato de este nivel de precio, realizado en aluminio anodizado y con paredes de gran grosor, que confieren a la unidad una robustez y ausencia de vibraciones.

El panel frontal es limpio, con una pantalla de buena dimensión, donde se puede leer la información que ofrece desde mi posición a unos 4 metros de distancia sin problemas. Muestra como indicaciones la toma digital de entrada, el tipo de pista reproducida (PCM, DxD o DSD) y la frecuencia de muestreo. Dispone de función dimmer para atenuarlo o dejarlo totalmente apagado si así se desea. Tiene dos switches cromados para intercambiar la entrada digital seleccionada y haciendo un pequeño combo de botones modificar la atenuación de brillo, no disponiendo de posición en stand by si no está en uso, es decir, o está apagado o encendido.

El panel trasero se compone de una entrada USB tipo B capaz de leer pistas de hasta PCM32b/384Khz y DSD512, dos entradas AES/EBU con conector XLR a 110ohms, otras dos SPDIF con conector RCA a 75ohms y finalmente dos entradas ópticas con conector TOSLink; siendo todas estas compatibles con resoluciones de hasta PCM 24b/192Khz. Respecto a las salidas dispone de una pareja de tomas balanceadas en XLR así como otra pareja single ended en RCA.

Como ya es habitual en las realizaciones de la marca, la sección de conversión digital a analógico corre a cargo de la japonesa Asahi Kasei, pero esta vez utilizando su último chip, el ultra novedoso modelo AK4493 en modo estéreo. Como ya he comentado en alguna ocasión la parte analógica de un componente digital es la que marca la diferencia y dota al componente de un carácter sónico atemporal. En este caso tal y como se puede apreciar en la foto del interior ubicada en algún lugar del presente análisis nos encontramos con cuatro transformadores toroidales de color azulado Nuvotem-Talema de bajo ruido para montaje sobre PCB, con 10 líneas de regulación separadas e independientes, implementadas a través de un inmenso y totalmente sobredimensionado banco de condensadores electrolíticos. No tengo duda de que parte de la culpa de su altísima calidad sónica y rapidez de respuesta de transitorios en mi sistema se ha debido a una magnífica implementación en esta sección.

 

Principalmente las pruebas de sonido que realicé fueron basadas en la audición de mi discografía habitual en CD utilizando el B.M.C. como fuente, así como a través de streaming utilizando la plataforma Tidal, vía el Bluesound Node 2i. Como ya habréis podido intuir LeDAC no es compatible con MQA, teniendo que elegir si decodifica en bruto a PCM24b/48khz o si realiza una redecodificación basada en la magia del MQA a 24b/88,2khz o 24b/96khz, esta vez dependiendo de la pista de origen. En este caso a gusto del consumidor.

Pero, ¿cómo suena este DAC?

Vamos al grano, dado que todo producto analizado es en el apartado sónico donde más se la juega y donde nuestros incondicionales lectores más van a prestar la atención que merece el artículo.

LeDAC ofrece un sonido perfectamente neutral en su presentación tímbrica, no destacan frecuencias graves sobre medias, ni medias sobre agudas. Esto lo hace apto para cualquier sistema que presente un sonido homogéneo y equilibrado, bien sean columnas o monitores. Mientras que mi BMC ofrece un sonido donde se marcan mucho los contrastes dinámicos en la región media y media alta, LeDAC ofrece unos contrastes compactos y en bloque, totalmente coherentes en todo rango dinámico y se aleja de la pirotecnia que en determinados casos resulta efectiva en algunos sistemas o incluso pasajes musicales.

En una de las composiciones más conocidas de WA Mozart, La Serenata Nº13 en G mayor, también llamada Pequeña música nocturna (Denon Essentials 2010), la presencia global de la orquesta de cámara está intacta, un buen director no deja que se sobrepongan determinados instrumentos sobre los demás si así no ha sido intencionado, no cabe duda de que consigue ofrecernos una escena compacta, sin artificios y sobre todo de gran diferenciación tímbrica entre los diferentes instrumentos. LeDAC no ofrece la escena más grande que haya podido experimentar en casa pero sí la recrea y define de un modo tan convincente que me deja profundizar en el sentido musical, cimentando su sonido desde los ricos medios proyectados y de los cuales hablaré en profundidad más adelante.

Escénicamente la separación de canales es magnífica y redunda en una estabilidad digna de los mejores sistemas basados en el formato analógico. En el último disco de Diana Krall, Love is here to stay, en el que comparte canciones con el legendario Tony Bennett (Verve 2018) se puede apreciar cómo voces e instrumentos tienen su lugar, su espacio y clara diferenciación. Si tuviera que elegir entre diría que tiende más hacia la precisión focal, muy pinpoint, lo que le hace tener un cariz levemente audiófilo que bajo mi punto de vista agradezco, máxime al tener que evaluar constantemente todo tipo de componentes, y esa focalización extra ayuda a entender mejor la idiosincrasia de los mismos. En comparación con el network+dac DSC1 de la misma Metronome os diría que carece del punto orgánico que confiere el DSC1, un sonido que es capaz de aunar la precisión focal comentada en LeDAC pero aderezada con un puntito de grosor en todo rango de frecuencias, especialmente en las altas, que literalmente te transportan al estudio de grabación. No obstante, recordemos que el DSC1 es un producto que triplica en precio a LeDAC y por lo tanto entra dentro de la lógica.

Muchos de nuestros lectores pueden tener algún tipo de reparo a mi anterior comentario sobre su tendencia hacia la precisión focal dado que este punto suele estar relacionado con predominancia por la parte alta y con ello si no está bien resuelta aparecer ciertas cautelas, pero nada más lejos de la realidad. La microresolución aparente está alejada de cualquier tipo de dureza o brillo antinatural como así se demuestra en el último álbum de Cecilia Bartoli dedicado a Antonio Vivaldi (Decca 2018) donde la música y su voz fluyen con una suavidad y realismo inusitado. El espacio acústico de la grabación se reproduce con un sonido abierto y aireado pero con terciopelo y una pizca de dulzura.

Y es que los medios que ofrece LeDAC, como ya viene siendo habitual en todos los productos de la firma francesa que han pasado por casa, es el punto donde más me siento enganchado. Supongo que parte de la clave de este punto puede ser la personalidad sónica de los AK449X (en este caso el novedosísimo 4493). Me recuerda mucho a la dulzura que ofrece mi Koetsu Urushi Vermilion, quizá me paso, pero por lo menos es lo que más se le acerca en digital. Un disco que últimamente suelo utilizar para este punto es el fantástico Golden hour de la joven compositora y cantante norteamericana de música country Kacey Musgraves (MCA Nashville 2018), es simplemente delicioso.

En cuanto a la restitución y velocidad con el que proyecta los transitorios no considero que llegue a las altísimas cotas que tengo recuerdo del CD8S tube que pude analizar, pero sí doblega al que durante muchos años fue mi referencia, mi querido ex el Wadia 302. LeDAC ofrece un ataque en las microfrecuencias rico y detallado que posiblemente sea parte de la culpa de la excelente precisión escénica y focalización comentadas. Con respecto al aspecto macro nada que objetar, en el espectacular disco Symphonic Dances Op.45 compuesto por Rachmaninoff bajo la batuta de Eiji Oue (Reference Recordings 2001) la sensación dinámica orquestal rica y desmesurada queda absolutamente patente transportándote directamente a las primera butacas del salón de conciertos.

Es llamativo y digno de mención el fantástico silencio que ofrece LeDAC, posiblemente gracias a él se consigan las cotas dinámicas de gran empaque citadas. No tengo duda de que el sobredimensionado banco de condensadores electrolíticos y los 4 transformadores toroidales con 10 líneas de regulación independientes tengan algo que ver en este apartado. El libro/disco dedicado a Miguel de Cervantes “Don Quijote de la Mancha Romances y Músicas” interpretado por Hesperion XXI y La capella real de Cataluña (Alia Vox 2005) me deja percibir los sutiles pajaritos de fondo del capítulo primero o la celebérrima Misa Criolla de Ariel Ramírez interpretada por José Carreras (POhilips 1988) simplemente me sobrecoge.

Insisto, no estamos ante un dac que ofrezca a sus oyentes espectacularidad o efectismo, en lo que destaca es básicamente en los fundamentos que forman el cimiento de la experiencia auditiva: no busca más que el placer absoluto de la vivencia musical y así pude comprobarlo al escuchar de carrerilla piezas maravillosas y de gran duración como La Pasión según San Mateo de Bach dirigida por Harnoncourt (Teldec 2001) o una de mis preferidas El Mesías de Handel bajo la batuta de Neville Marriner (Decca 1995). No hay aristas, sonido redondo, detallado y con un puntito audiófilo que hace recrearme en ciertas ocasiones de mi sistema, transparencia máxima.

Posiblemente las frecuencias más bajas del espectro, del medio bajo al extremo grave, sean las que menos llamen la atención de nuestro invitado y esto es bueno. No tienen ningún tipo de predominancia sobre las demás y el grado de articulación y definición que poseen dota al equipo de una sensación de control, velocidad y dimensión que efectivamente hacen que pase desapercibidas. Ataques rápidos y contundentes como el corte The boy´s doin´it del músico, compositor y cantante sudafricano de jazz Hugh Masekela (Black to the future, Columbia 1998) que lamentablemente nos dejó a principios del año pasado o graves orquestales muy continuados como los que la BSO de una de mis películas favoritas ofrecen: Gladiator, de Hans Zimmer (Decca 2000), hablan de un modo absolutamente favorable de la restitución de estas complejas frecuencias.

Si bien no será difícil discriminar la escucha de este magnífico dac en comparaciones A/B con respecto a otros productos de su categoría por su sonido compacto en todo rango de frecuencias, su control exquisito de las referidas a los graves y la melosidad de medios, lo cierto es bajo el punto de vista de este humilde analista será en audiciones de larga duración y habitualidad con el producto, donde se es capaz de vislumbrar la calidad de este aparato. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba del sonido digital en mi sistema y con LeDAC llevo ya desde que cumplió las 500h de rodaje (que considero necesita para llegar a su esplendor sónico) absolutamente enganchado. 

Recapitulando

De construcción irreprochable tanto por dentro como por fuera y sobria estética, LeDAC se posiciona como el producto entry level en el segmento premium de decodificación digital de la firma francesa. Una firma que lleva ya en el mercado más de 30 años y que desde 2014 se podría decir que se ha dedicado a renovar su catálogo de un modo muy acertado respondiendo a los nuevos tiempos y es que no es para menos, dado que la aparición del streaming ha dejado al pobre compact disc totalmente fuera de juego, lo cierto es que ha propiciado que se puedan llegar a cotas de resolución y calidad sónica nunca antes contemplada en formatos digitales.

Con una sección digital que incluye el recientemente incorporado al mercado chip japonés AK4493 y una sección analógica compuesta por 4 transformadores toroidales con 10 líneas de regulación independientes y un banco de condensadores electrolíticos sobredimensionado, el sonido que ofrece LeDAC llega hasta unas cotas de calidad inéditas en su rango de precio.

Compatible con DSD hasta 512 y PCM hasta 32b a través del puerto USB y un máximo de PCM24/192 a través del resto de entradas digitales, el incondicional digital que quiera escuchar lo último en alta resolución considero que quedará saciado, si bien podrá echar en falta su compatibilidad con MQA si usa por ejemplo la plataforma Tidal (aunque ya sabéis que simplemente queda convertida si así se desea desde origen hasta PCM24/96). 

Un sonido adictivo que destaca por su gran compacidad y equilibrio en todo rango de frecuencias. Una dinámica controlada y completa, que mantiene cierta distancia con el oyente permitiendo colocar escénicamente todos los sonidos de un modo muy preciso y focal. El sonido que transmite quiere tender más a la definición que a la resolución, como así lo expresan sus exquisitos medios, capaces de competir incluso con mi querida Koetsu Urushi Vermillion. LeDAC se aleja de la artificialidad y pirotecnia que muchos dacs de última oleada ofrecen para destacar en escuchas o comparativas instantáneas, en pro de aspectos enfocados hacia la musicalidad, liquidez, precisión, silencios… pero sobre todo equilibrio tonal y máxima honestidad.

Para los que tengan alguna duda LeDAC me ha hecho escuchar música, simple y llanamente, y además durante muchas horas. Con él he recuperado algo que tenía absolutamente perdido y ni esperaba, el ansiado retorno a la escucha digital. Da igual la resolución o frecuencia de muestreo que escuche, es más tengo apagada su pantalla durante prácticamente todas las audiciones, lo que importa es la música y nada más. No he tenido otro remedio más que informar al distribuidor de que LeDAC no podía salir de mi domicilio y así ha sido.

Mi más sincera recomendación.

Precio de venta al público: 5.700€

Distribuye Ars Antiqua Audio

ESPECIFICACIONES 

Resolución:

  • 32 bits / 768 kHz en Mono Dual

Características internas:

  • Rango dinámico: 175 dB / Distorsión + ruido: -140 dB
  • Procesador interno 32 bits / Banda espectral de 32 hasta 211 kHz

Salida analógica:

  • Polarización de categoría A
  • Ancho de banda: 10 Hz – 20 kHz +/- 0.1 dB
  • Rango dinámico: 123 dB

Entradas digitales:

  • Todas las entradas aceptan señales de 44.1 a 192 kHz:
  • S/PDIF 75 Ohmios conector RCA
  • AES/EBU 110 Ohmios conector XLR
  • Conector óptico Toslink
  • USB tipo B: señales PCM y DSD de 44.1 kHz a 768 kHz

Salidas analógicas:

  • No balanceada 3V RMS @0dB -47 kOhmios – conectores RCA
  • Balanceada 3V RMS @0 dB – 600 Ohmios – conectores XLR

Suministro eléctrico:

  • 4 transformadores toroidales con 10 líneas de regulación independientes
  • Voltaje: 120/240 VAC – 50/60 Hz 

Otras características:

  • Consumo: 60 VA Max
  • Dimensiones (LxAxP): 450 x 120 x 420 mm
  • Peso: 12 kg

SISTEMA UTILIZADO EN LA PRUEBA

Cajas acústicas:

  • Wilson Audio WATT/Puppy System 5.1E
  • Bowers & Wilkins ASW 3000

Fuentes:

  • B.M.C. Belt Drive CD 1.1
  • Bluesound Node 2i

Amplificación:

  • Mark Levinson Nº 380S
  • Krell FPB 600c

Cableado:

  • Nordost Valhalla
  • MIT Shotgun S1 
  • TelluriumQ Waveform II

Tratamiento de red:

  • Vibex One 7 Rhodium Version Powerblock
  • Acrolink 7N-P4030 II – Transparent Power Link Super PLS – MIT Z-Cord II – Okutsu Denko Air3
  • Línea dedicada 20A

Accesorios:

  • Terpsicore Cable Sound Clear y Damper 30 – RPG Skyline – Shakti “The Stone” – Stillpoints ERS Cloth – VibraPOD – Cable Isolators – Audio Selection Spikes – Muebles ultrarígidos hechos a medida – Bases de granito sudafricano

 

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