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El Music Hall  dac25.3 es la última versión de este afamado dac diseñado por Jim Hall,  alma  mater  de Music Hall, que ahora incorpora USB con capacidad de aceptar señales de hasta 24bit/96kHz.

Esta compañía estadounidense, con más de 25 años de existencia, es como un pequeño holding  que diseña y desarrolla giradiscos, así como  otros componentes, como lectores de CD, DACs, previos y   amplificadores. La producción  sin embargo  se realiza en China, a excepción de los giradiscos, que son fabricados en la República Checa. Además, por si esto fuera poco, es distribuidor para el mercado americano de otras marcas como Epos o Creek.

En líneas generales, los productos Music Hall se encuentran en una franja de precios muy accesible, podríamos considerarlos como dirigidos al sector de acceso al hi-fi, destinados a aficionados que desean disfrutar  de un sonido de una cierta  calidad,  sin realizar grandes desembolsos económicos. De hecho el dac25.3, que es el  más costoso de su gama, no es una excepción y por un precio muy contenido ofrece una excelente compatibilidad y prestaciones muy completas. En consecuencia es habitual encontrar reseñas del mismo en blogs y revistas especializadas en electrónica de consumo  o productos informáticos. Efectivamente el Music Hall dac25.3 se postula como un serio candidato para mejorar sustancialmente el sonido del ordenador de nuestra oficina, o de un segundo equipo, o simplemente para permitirnos disfrutar de nuestros auriculares allá donde tengamos casi cualquier tipo de fuente digital.

¿Que nos ofrece Music Hall por este precio?

El acabado externo de este dac es sencillo pero de calidad. El frontal es un grueso panel metálico con  un diseño bastante neutro y  agradable a la vista. En este frontal, además del interruptor de encendido,  encontramos pilotos de color azul que nos indican la entrada que hemos seleccionado mediante un pulsador, así como el sincronismo con la señal digital y el nivel de upsampling (96 kHz o 192 kHz), seleccionado también  mediante otro pulsador.  Por último el frontal alberga el jack de salida para los auriculares y el generoso mando metálico con el que controlamos su volumen.

En cuanto al panel trasero, todas las conexiones están perfectamente ordenadas e identificadas. Agrupados en un lateral encontramos el IEC hembra junto a otro  interruptor general de encendido. Además este dac nos da la opción de escoger entre el suministro a 115 o 230V, seleccionable mediante un interruptor protegido por una pequeña placa de plástico transparente. La parte central de la trasera la ocupan las cuatro entradas digitales: coaxial (s/pdif), óptica y XLR (AES/EBU) que aceptan hasta 24bit/192 kHz, y la  entrada USB que acepta sólo hasta 96 kHz. A continuación, en el otro extremo, encontramos los dos pares de salidas analógicas: balanceadas y no balanceadas (RCA).

En el interior podemos observar alguna de las peculiaridades de este dac. En primer lugar nos llama la atención una válvula 6922 (Electro-Harmonix), cuya presencia sólo se intuye desde el exterior por le existencia de unos pequeños orificios de ventilación practicados  en el chasis, y que forma parte de los circuitos analógicos las salidas RCA.  Cabe resaltar la presencia de un generoso transformador y (atención a los propietarios), dos fusibles de cuya existencia no indica nada el manual de instrucciones.

Respecto a los chips utilizados, cabe indicar que el conversor es el TI (antes Burr-Brown) PCM1796.  Para mejorar su rendimiento se ha implementado un flujo de datos asíncrono y un sistema anti-jitter basado en el chip Philips 74HC574 en conjunción con el TI SRC4192.

Llama también la atención lo perfectamente indicados que están todos circuitos, incluso muchos de sus componentes y sus valores.  Quizás este detalle haya contribuido a que este dac sea muy popular entre los aficionados al hum (hágalo usted mismo o diy). En la red encontraremos con facilidad la información necesaria para tunear este dac, mejorando su rendimiento mediante la sustitución de ciertos componentes clave.

¿Vamos al grano?

La unidad a prueba estaba sin usar así que, antes de realizar ninguna audición seria, la tuve en funcionamiento todo el tiempo que me fue posible.  Para las escuchas usé siempre las salidas RCA del dac, tanto porque mi  equipo habitual carece de conexiones balanceadas, como porque considero que es el aspecto que diferencia este modelo del resto de dacs de la gama de Music Hall.

¿Cómo es el sonido del dac25.3? Sin entrar todavía en comparaciones y, como viene siendo habitual en los modelos que van saliendo al mercado, este modesto conversor ofrece un sonido suave, muy contenido en los agudos. Los medios poseen un carácter rico, las voces destilan naturalidad y la tímbrica es correcta. Otro tanto podríamos decir de los graves, aunque no muy profundos, poseen una presencia y articulación naturales y suficientes. En cuanto a la escena sonora,  posee unas dimensiones en la media y está bastante bien estructurada. Dejando de lado los detalles, es un conversor que nos permite disfrutar de la suavidad musical que se suele asociar a los circuitos valvulares, lo que nos lleva a escuchar música durante horas sin que nos afecte ninguno de los males endémicos del sonido digital.

Para situarlo en el contexto, realicé algunas comparativas con dacs de  gama más elevada que tenía  a mi disposición, evidenciándose entonces el carácter de nuestro protagonista. Su sonido suave  adolece de una menor extensión de los agudos, apreciable también, aunque en menor medida,  en la profundidad y peso de los graves. Igualmente nuestro modesto Music Hall posee una microdinámica  y transparencias ligeramente inferiores a mis referencias, especialmente en el medio/grave. El Young de M2Tech que tuve la ocasión de probar no hace mucho permite, a mi juicio, disfrutar de un sonido más definido y transparente en toda la banda pasante pero, en su  contra, posee un precio sensiblemente superior y no incorpora ni salida para auriculares, ni salidas analógicas balanceadas.

Usando un transporte de CDs como fuente, experimenté entre las distintas opciones de upsampling que podemos seleccionar y, sinceramente, las diferencias observadas fueron muy sutiles. Solamente resaltaría que con la opción de 192 kHz activada, la escena sonora ganaba ligeramente en altura y en la focalización de los sonidos.

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