Antes de nada quiero destacar uno de los puntos que más llaman la atención estéticamente de esta cápsula, sus muy cool leds de color azul que se iluminan al encender el conjunto, sin duda dan un toque de modernidad y diferenciación a cualquier plato donde se instale, y personalmente considero que queda muy atractivo aportando un toque muy high tech a algo que, en esencia, no lo es.
Sónicamente lo primero que se percibe es que estamos ante una estética absolutamente reveladora, unas cotas de microdinámica tales como nunca había experimentado anteriormente en mi plato. La capacidad del oyente para discernir qué está sonando, gracias a un nivel de perfección tímbrica tal que, hasta el momento, me resulta imbatible. Oigo instrumentos que con anterioridad no me había percatado de que estaban allí… Conforme voy conociendo el producto me va enganchando cada vez más.
Por curiosidad, activé un día la palanca de auto-mute, una de las funciones que más me ha gustado. Cuando la cápsula no está tocando el disco, no hay roce, y de modo automático el previo activa esta función, no dejando pasar ningún tipo de ruido de fondo. Así pues cada vez que levantemos el brazo del disco el mute queda activado y los altavoces en silencio sepulcral. ¡Genial!
No cabe duda de que cualquier persona que esté buscando una cápsula con el clásico sonido cálido, espeso, meloso o azucarado debe mirar hacia otro lado, pues estamos ante una cápsula con una capacidad resolutiva muy alta y con un nivel de perfección tímbrica tal, que “realismo” es la única palabra que se me viene a la cabeza. Esta completa paleta de colores viene ayudada, entre otros factores, por la sublime separación de canales, la cual facilita poder apreciar el sonido de los propios instrumentos dentro de su espacio, sin contagiarse, sin mezclarse, sin fatigar al oyente por exigirle más atención de la necesaria.
En ningún caso estamos ante una cápsula que ofrezca un sonido esquelético o raquítico como tantas y tantas cápsulas con capacidad clínica entregan. En este caso los medios tienen su cuerpo, es más, posiblemente sea la parte del espectro sonoro que posea más densidad, mientras que el resto de frecuencias tienen su correcto peso, aportando adecuadas texturas y naturalidad al sonido.
Existe normalmente una gran relación entre los niveles de macro y micro-dinámica, pues cuando ambos parámetros están equilibrados entendemos que la sensación de naturalidad y realismo se aúnan, para ofrecer un sonido completo y sin restricciones. Si bien la dinámica (macro) existe y está patente, lo cierto es que tengo la sensación de que la música mantiene una cierta distancia con el oyente, se mantiene en un marco en el que todo se manifiesta en su lugar. Los siempre poderosos vientos en masas orquestales o ataques en discos de rock se comportan de modo elegante y sin avasallar. Algo que unos valorarán de modo positivo y a otros les parecerá que falte un poco de garra. No me cabe duda de que, tras el dilatado tiempo que he podido disfrutar este producto en mi sistema, existe un mayor nivel de micro dinámica que de macro, y tampoco de que esto le aporta al conjunto unas altas dosis de adicción y falta de fatiga auditiva extraordinarias. Los sonidos fluirán durante horas y horas en nuestra sala dejándonos simplemente disfrutar de la música.
Otro factor que me ha encandilado es la capacidad de ofrecer silencios, ya no sólo habilitando esa comentada percepción de espacio-entre-las-notas, también ofreciendo un fondo negro del cual surgen los sonidos, consiguiendo que en algunos momentos incluso, podemos llegar a pensar que estamos ante una fuente de sonido digital. De hecho es que incluso el siempre temido ruido de fricción que ofrecen en general las cápsulas (unas más, otras menos…) no se percibe. ¿Magia?
Escénicamente gracias a la excelente separación de canales me encuentro ante una escena con mucha anchura y correcta altura, muy parecida a la que mi lector digital Wadia me tiene acostumbrado. Lo cierto es que en este apartado me he sentido sumamente cómodo debido a dicha familiaridad.
