Publicidad

Un gran sonido, muy fácil

La marca polaca TAGA Harmony empieza a estar presente en los “hervideros” de la alta fidelidad. Cada vez ofrecen más variedad de productos, van escalando en la gama desde lo más asequible a piezas de mayor calidad y precio, y cada vez son más los aficionados que apuestan por ellos. Había que probarlos, así que traemos a Hifi Live estos monitores que son su modelo más alto de gama: la serie Diamond. También cuentan con un altavoz de suelo, el B200, que añade dos woofer de 8 pulgadas a la receta, pero estos B60 son los monitores: sus mejores cajas de estantería… y por un precio mucho menor del que uno esperaría de un “alto de gama” –poco más de dos mil euros por esta pareja de cajas de dos vías–. El aspecto a primera vista enamora: sus formas redondeadas, más estrechos por detrás, ya las hemos visto en otras marcas, pero tienen cierta originalidad, y el acabado del lacado es sencillamente extraordinario para este precio.

Polonia es un país que está dando muchos buenas realizaciones no sólo en Alta Fidelidad sino en otros productos electrónicos e industriales. Aprendí hace un tiempo que, en lugar de pensar en ellos como una “Rusia del suroeste”, hay que hacerlo como una “Alemania del noreste”; no sé si me explico… Su seriedad, precisión o rigor fabricando es mucho más parecida a la alemana, incluso su tecnología sorprende a veces por tomar iniciativas originales y sofisticadas. Algo parecido pasa con los checos y eslovacos. Por ejemplo, en Europa del Este hay muchos grandes maestros en tecnología mecánica, electrónica o aeronáutica.

Lo que yo no sabía es que algunos fueran tan aficionados a las sopas de letras. Desde luego, en TAGA lo son, empezando por su propia marca: las siglas significan “To Achieve Glorious Acoustics” –“para conseguir un sonido glorioso”–, nada menos. Veremos enseguida como esa pasión por las siglas la llevan muy en serio… Me ha recordado la época dorada del motociclismo, hace de dos a tres décadas, cuando las marcas japonesas luchaban por el mercado de las deportivas y cada moto llevaba unos cuantos adhesivos de diferentes sistemas con nombres como SACS, YPVS, EXUP, etcétera.

Construcción

Lo de las siglas viene a cuento porque TAGA las usa para describir muchas de las características de sus altavoces. Para empezar los Diamond B60 usan unos recintos cuya fabricación se basa en lo que denominan “TLIE” –Taga Low Interference Enclosure, o “recinto de baja interferencia Taga”–. En este caso, es S-TLIE –ésta es fácil: Super-TLIE– y se trata de un recinto de gran rigidez a base de MDF de 18 mm de espesor para las paredes y 30 mm para el frontal. Se terminan en madera africana –dos colores disponibles, el otro es más rojizo que las de las fotos probadas– y llevan un lacado de 9 capas, como comenté más arriba impresionante acabado. Las rejillas se sujetan con imanes –es lo mejor– y son sólidas, aunque las usé sin ellas.

 

Los altavoces usados son todos propios de TAGA. El tweeter lleva cúpula de titanio: lo de “Diamond” es porque son sus mejores cajas… lo digo por si alguien –como yo mismo–, esperaba que esto tuviera relación con el material del tweeter. Mide 30 mm de diámetro y monta dos imanes de ferrita y una bobina en hilo de plata. Este tweeter recibe el nombre de O-TPTTD que significa “Oversized Taga Pure Titanium Tweeter Dome”. Es un 20 por ciento más grande que el que usan la serie de altavoces inmediatamente inferior –Platinum– y alcanza los 33 kHz (+- 3dB) para alejar sus resonancias y distorsión del espectro audible. La placa frontal recibe su propia ración de siglas, cómo no: E-TPAF –Enlarged Taga Pure Aluminium Faceplate–. Monta una rejilla protectora cuyos orificios ayudan a la dispersión de las frecuencias altas.

El altavoz de medios y graves es de 6’5 pulgadas  o 165 mm, con el cono en fibras de celulosa –papel–. Bueno, no tan sencillo, es un cono TNPPCD, es decir “Taga Non-Pressed Paper Cone Driver”. El chasis trasero es de fundición de aluminio con un imán sobredimensionado, bobina de cobre, y con un guardapolvo también de papel para no romper la armonía del cono. En la caja de columna Diamond B200 este altavoz parece idéntico por fuera, pero usa otros imanes y suspensión, pues va cortado más arriba. Aquí, se ocupa de medios y graves. La caja es réflex con una gran salida trasera –unos 6 cm–, que no recibe siglas ni nombre particular en este caso. TAGA declara una respuesta en frecuencia que alcanza unos impresionantes 36 Hz (+-3dB) por abajo.

Si dejamos atrás las siglas y seguimos con las cifras, decir que estos altavoces miden sus buenos 41 cm de alto y 33,5 cm de fondo, por unos contenidos 23 cm de ancho. Son esbeltos, pero pesan –algo más de 13 kg cada uno–. Declaran 90 dB de sensibilidad –notable si es cierto, adelanto que así es– y 6 Ohmios de impedancia, algo honrado en este mundo lleno de cajas de “8 Ohmios” –muy entre comillas–. Admiten hasta 200 vatios de potencia, que dada su sensibilidad no es baladí. Es un dos vías réflex, el filtro se sitúa en 2.400 Hz y está realizado con componentes de calidad –bobinas al aire, condensadores de polipropileno MKP–, y las conexiones internas están hechas en cable de cobre libre de oxígeno, con conexiones traseras múltiples excelentes. Sorprendentes los puentes traseros –el filtro permite bicablear–, lejos de las habituales “chapitas” y otras soluciones baratas de tantas otras marcas, TAGA usa en estas Diamond unos puentes realizados en cable de cobre de alta pureza y gran sección, con bananas y “spades” de calidad, que no merecen otro apelativo: brutales. Cajas de diez veces su precio no tienen puentes tan buenos. Como con el lacado o las cajas en sí, desde luego con las TAGA uno tiene la sensación de que se lleva algo muy bueno por su dinero.

1 2 3

Comments are closed.