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Es necesario aclarar un punto

Creo que está en nuestro carácter el pensar que todo lo que viene de fuera es por fuerza mejor que lo que directamente se diseña y fabrica en nuestro país. De alguna manera, parece que tenemos asumido que todo lo patrio se encuentra a un nivel inferior que lo que se realiza fuera de nuestras fronteras. Sin embargo de aquí a un tiempo parece que al menos en el campo de la alta fidelidad han surgido algunas marcas, que están a la altura e incluso por encima de la mayoría de los productos que vienen del extranjero.

Sin ir más lejos el objeto de este artículo es miembro de este selecto grupo, que se encuentra en estos momentos a la cabeza de este mercado tan delicado. El denominado “Hi-End”. Hay que reconocer que tal y como se encuentra la actual situación económica, este tipo de artículos están solo al alcance de muy pocos. Y es lógico pensar que cualquiera que esté dispuesto a pagar la cantidad de dinero que cuestan estos altavoces, demandará lo “mejor”. Es sólo desde esta perspectiva que este artículo debe de ser considerado, porque sino el resultado puede parecer engañoso. De estas cajas se demanda lo máximo, tanto en sonido como en acabados, y desde este prisma tan exigente he redactado las siguientes líneas.

Las Verus Canor llegan a casa

No recibe uno todos los días en casa unos altavoces del nivel de las Verus Canor Prima, y menos si vienen acompañadas de su “alma mater”. Se tomó Paco Moya una tarde entera para posicionar las cajas adecuadamente en mi sala, proceso que se vio dificultado por la incapacidad de poder mover mis cajas fuera de su sitio. Así que las Prima tuvieron que buscar su lugar más adecuado en mi sala con esa única salvedad. Finalmente, después de algunos días de buscar su mejor ubicación, quedaron situadas a 1.20 metros de la pared posterior, 0.80 metros de las paredes laterales, con una distancia aproximada de 3.00 metros entre los tweeter y 3.30 metros desde los tweeter de las cajas a las orejas del oyente. El módulo superior de las Verus Canor se montó a su vez ligeramente inclinado hacia delante en el plano vertical de las cajas, debido a la configuración de mi sala – el suelo esta ligeramente inclinado de adelante hacia atrás, estando la parte donde se sitúa el oyente a un nivel inferior que las cajas, 8 cm.-  pareciendo en su momento lo más apropiado.

Gasté varios días moviendo las cajas y variando la posición de escucha en mi sala. No estaba contento con el sonido, cada caja acústica es diferente, así que experimenté durante un tiempo, para así poder aprender sobre ellas y ver los diferentes resultados que se obtenían con las distintas variaciones de su situación y cambios en la relación de distancia “cajas – oyente”. Probé a su vez varias inclinaciones verticales del modulo superior de las Prima para ver qué resultados se lograban y si podían ser beneficiosos, concluyendo que lo más adecuado era dejarlas tal cual vienen suministradas por el fabricante. Igualmente varié la apertura del modulo superior en el plano horizontal buscando coherencia y focalización en la escena. De la misma manera también modifiqué la ubicación de varios de los artilugios de control acústico que tengo en la sala, para adecuarlos a las características de las Verus Canor.

Hora de escuchar

Aún recuerdo la agradable impresión que me provocaron estas cajas en la última feria Elitexpo, ya que sin duda alguna al menos para mí, se encontraban en uno de los equipos que mejor sonaron en la exposición. Para ser honestos, esta vez en la tranquilidad de mi casa esperaba que las Prima sonasen mucho mejor de lo que ya lo habían hecho en el anteriormente citado evento.

Una vez todo ajustado hasta donde mis conocimientos han permitido me puse a evaluar su apariencia y sonido.

La apariencia de las Prima es espectacular. Las proporciones correctas y la forma muy elegante. Claramente bastante más grandes que mis cajas. Las Wilson parecían pequeñas al lado de las Verus Canor. El acabado en madera es impresionante, a la vez que bello. Estoy completamente convencido que no desentonarán en ningún salón. La estética es refinada y de hecho, como he podido comprobar, lucen mucho más en el salón de mi casa que en mi sala dedicada de escucha, que tiene ese medio aspecto de estudio, rellena de difusores, trampas y adminículos varios de las más diversas procedencias y estéticas. La verdad es que mi sala, en lo que a apariencia respecta, es más apropiada para la estética de las Watt & Puppy, estas se encuentran más en su salsa, con esas formas rectilíneas y angulares, desprovistas de curvas. Las Prima sin embargo son otro tipo de animal, estéticamente rebosan clase y a pesar de su tamaño, estoy seguro de que serán miradas con buena cara por cualquier mujer, al colocarlas en el salón de su casa. No se puede decir más. En el factor estético consiguen un sobresaliente.

El grave es el primer aspecto que tocaré, es extenso, articulado y ejerce con mucho poderío. Con respecto a mis cajas de referencia, quizá es un poquito menos extenso, pero sin embargo transmite una sensación de control y autoridad que solo una caja grande es capaz de aportar. La articulación es perfecta y la interacción con la sala no provoca ningún tipo de emborronamiento. Mucho control. Sin embargo si aprecio cierta distorsión en la zona del medio grave que provoca una sensación un poquito extraña y desagradable en ciertas grabaciones, dando una sensación de “saturación” del sonido en esta zona del espectro sonoro. En particular, en el disco Dreaming de Amanda Macbroom en los primeros veinte segundos del corte seis, se aprecia perfectamente este efecto. Hay que conocer la grabación para apreciarlo, pero existe.

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