Dije antes que matizaría lo de carácter analítico porque, a pesar de que esta resolución es altísima y cada sonido se encuentra perfectamente perfilado y separado del resto, el Allnic aporta tanta presencia física y tanta fuerza a cada matiz que reproduce que nunca nos encontramos ante un sonido delgado o fino, sino fuerte y bien presente. El grave tiene cuerpo, textura, definición y golpe. La gama media no está retraída en absoluto, es también muy transparente y resolutiva y su presencia en el conjunto de la reproducción nunca pierde protagonismo.
Es, probablemente, su carácter tan transparente lo que le hace pensar a uno que se encuentra ante un equipo de corte neutro y analítico, aunque el grave esté tan bien matizado y tenga la presencia adecuada. La parte aguda, por último, posee una extensión tremenda, pero siempre con una férrea presencia y control, y un delineado perfecto. No se producen siseos inapropiados jamás, y cada matiz dentro de esta gama es perfectamente distinguible. En conjunto el oyente se encuentra, por así decirlo, ante una reproducción Full-HD. Al volver a amplificadores más comunes lo primero que se nota es una pérdida de información notable, como si la música se apagase en parte.
La escena es grande, amplia en el sentido tridimensional, aireada y con una focalización perfecta. A pesar de esto en ningún momento se percibe desnaturalización de la misma por excesiva amplitud: los sonidos la llenan al completo por su presencia física rotunda, situándose en un espacio rebosante de sonido, donde es fácil apreciar las reverberaciones y las interacciones de los diferentes sonidos entre sí, en su momento de máxima intensidad y en su declive, que es suave y perfectamente distinguible. Reproducir escenas amplias de grandes composiciones clásicas con este equipo es todo un espectáculo. La tremenda dinámica que aporta hace que todo suene de forma grandilocuente, y las masas orquestales cogen la dimensión apropiada que merecen. Es una experiencia nueva con la música clásica.
En reproducciones más íntimas de jazz, como por ejemplo en el tema On The Shore, de la magnífica intérprete Paula Gómez, la escena se muestra más cercana y proporcionada, sin desajustes de ningún tipo. Es decir, no aporta siempre gran tamaño a la escena, sino que la reproduce con una fidelidad perfecta. En este caso, la voz adquiere una presencia muy notable, llenando todo el centro de la escena con mucha fuerza y elegancia, y el piano y la guitarra la arropan por detrás de forma suave, donde la batería, siempre acompasada con la voz, crea una base rítmica casi hipnótica. Además, en las grabaciones en las que este aspecto no ha sido especialmente tratado, el Allnic se muestra sorprendentemente tolerante con las mismas, y si se combina con el auricular adecuado, las reproducciones de rock puro y de directos se pueden disfrutar sin problemas.
La mezcla de altísima resolución con presencia física y fuerza en los matices, junto a esta capacidad escénica tan versátil, casi camaleónica, hacen de este equipo un equipo tremendamente completo y versátil, y cualquier aficionado puede encontrar su punto fácilmente, como veremos ahora en el apartado de las combinaciones.
