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Es algo que pude comprobar en Lisboa gracias a Ultimate y este equipo tan excepcional, tan revelador. Los discos que he mencionado más arriba eran todos archivos de 16 bit y todos FLAC si recuerdo bien. El bien conocido disco de Rebeca Pidgeon “The Raven” estaba disponible en mayor resolución –24 bit pero no anoté si era 96 o 176 kHz, me suena esto último– y el trabajo de Chesky Records se nota al apreciar una clara mejoría en detalles, aire, escena y precisión, e incluso en algún detalle que muestra que el cambio no se debe sólo a la mayor densidad de información digital sino a ciertos retoques en el máster. Estaba bien mejorado el tema “Grandmother” pero no puedo decir lo mismo de “Spanish Harlem”, donde fue obvio el cambio en el contrabajo al inicio y la voz más agresiva de ella después. Soberbio en cambio el piano, y la voz, de Bebo y Cigala, maravilloso cómo parecía que estuvieran delante mío, podía apreciar sus movimientos, las inflexiones de la voz, los golpes de martillo en las cuerdas… no recordaba haber captado tantos detalles en estas entrañables canciones y mira que las tengo puestas muchas veces.

Ultimate Lisboa Marten previo

En el otro extremo, y empezamos un viaje que tendría sus altibajos, creo que “The Wall” de Pink Floyd procedía de un archivo DSD y desgraciadamente las Marten mostraron con crueldad la realidad de aquellos “ceros y unos”, faltaba extensión en el grave y las voces de los niños chillaban pidiendo bajar el volumen… No es sólo cuestión de formato, también de grabación. Con ese sonido tan vivo y directo esperaba mucho de “Enter Sandman” –Metallica–, esperaba quedarme impactado, y de nuevo sólo me dieron ganas de bajar el volumen y pasar a otro corte porque el grave no impactaba y por arriba mis tímpanos pedían auxilio.

Estas Marten no perdonan, insisto, como los mejores monitores de estudio permiten analizar al detalle la grabación, aunque uno se pregunta qué monitores usarían para esas que he citado –y algunas más– execrables… Pero basta un gesto en el iPad y si lo siguiente es “bueno”, prepararnos para disfrutar de nuevo. Estuvo con nosotros el simpático Rui, que tras el fiasco de Metallica me descubrió el grupo Dream Theater, con temas tan sorprendentes como “Bridges in the Sky”. Sin palabras, había vuelto la emoción y las sensaciones extremas a la sala, incluyendo un grave profundo e impactante como pocos. Incluso las grabaciones que tenían de Depehce Mode me sorprendieron muy favorablemente –mis discos del grupo no son precisamente buenos–.

Ultimate Lisboa Marten centro

Me enamoró también cómo reprodujo el equipo el precioso “Nature Boy” de Clarity Records, una versión bien conocida por muy usada en exhibiciones pero que aquí era de “diez” absoluto, también extraordinaria la reproducción de la voz –y sus acompañantes– de Sade. O cómo pude apreciar la diferente interpretación de los conciertos para violín de Bach por parte de Perlman –citado antes– e Hilary Hann.

Al final, desde luego me quedo en la memoria con lo mejor que escuché: aquellas obras que las extraordinarias aunque exigentes Marten, la excelente amplificación Gryphon y la soberbia fuente EMM/Aurender me dejaron apreciar y disfrutar. Y por supuesto gracias a la gentileza de Ultimate Audio en Lisboa, un lugar al que todo audiófilo debería haber ido por lo menos una vez.

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