Introducción
Hanss Acoustics pertenece a un grupo de firmas que actualmente nos encontramos en el mercado nacional y que, en cierta medida, a muchos de nosotros en algún momento de nuestra querida afición nos ha suscitado cierta curiosidad, posiblemente llamados por la atención de sus impecables ejecuciones, o su más que interesante relación calidad-precio o quizá su lejano y oriental origen, quién sabe. Es sin duda este último apartado el que nos promueve serias dudas, cómo poco a poco se van introduciendo en el mercado occidental marcas de origen asiático con precios más que jugosos y productos que, en unas ocasiones son una verdadera pifia y en otras simplemente asombran.
Con sede en Hong Kong y diseño danés, Hanss Acoustics, es una compañía de fabricación de componentes de alta fidelidad especializada en bases de lectura analógica que viene de la mano a nuestro país de Stradivari Audio Elite, -bien conocida por todos- empresa de importación y venta con sede en la bella costa levantina. Empresa con la que ya he tenido el placer de colaborar en tiempos pretéritos gracias al análisis de los sorprendentes monitores Raidho Acoustics X Monitor LE .
Dentro del portfolio de la marca nos encontramos cuatro platos, entre los que sin duda alguna el producto más destacable por espectacular estética e interesante relación calidad-precio es el modelo T-60, que a continuación analizaré.
Hanss T-60
Una vez en casa es momento de desempaquetarlo, realizar acopio y análisis de todas sus piezas y proceder a su montaje. Un momento que mientras que para algunos puede ser algo aburrido y pesado, a mí me sirve no sólo para sacar buenas y profundas conclusiones sobre la ejecución del producto y su diseño, también para evaluar la calidad de las piezas y sus acabados.
Una vez dispuestos sobre la mesa todos sus elementos no cabe duda de que estamos ante un plato de grandes dimensiones y excelente diseño. Sobre todo destaca el plinto a dos niveles construido en un sándwich de aluminio pulido anodizado y acrílico, especialmente pensado para favorecer el factor damping y evitar así vibraciones. El segundo elemento que más llama la atención es el platter, elaborado en aluminio anodizado en color negro tiene un grosor de la friolera de 12,8cm y un peso de 20kilos. No cabe duda de que se ha pensado como factor principal en el diseño de este plato, evitar del modo más preciso posible mediante la incorporación de gran cantidad de masa, cualquier tipo de vibración que el plato pudiera generar.
El eje, hecho en Alemania, es cerámico y de baja fricción que, una vez instalado se asienta sobre una bola de acero inoxidable, aunque sin embargo en su ubicación final, el platter reposa flotante gracias a un sistema de imanes que permiten que la fricción de giro se reduzca a la mínima expresión. Una idea sin duda brillante y que “en teoría” debería procurar una estabilidad de giro impecable.
