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La compañía británica Kef, especializada en la fabricación de cajas acústicas, nos tiene acostumbrados en los últimos años a presentarnos productos muy avanzados tecnológicamente y con unos diseños que no sólo podríamos calificarlos como novedosos, sino incluso en algunos casos como futuristas. Sólo hay que mirar las fastuosas Kef Muon y las no menos atractivas Kef Blade, para darse cuenta del espíritu inconformista y audaz de la firma anglosajona. Pero esto no nos debe nublar la vista y hacernos olvidar que Kef es una de las compañías más legendarias en la construcción de cajas acústicas del mercado.

Kef dio sus primeros pasos de la mano de su fundador Raymond Cooke, en el año 1961. Desde entonces han sacado a la luz modelos ya legendarios, que permanecen en los hogares de muchos de nosotros, no sólo por su carácter vintage y nostálgico, sino por un sonido todavía de gran calidad. Quien no recuerda su primera caja de 3 vías, el modelo K1 monitor, o los modelos que la firma sacó al mercado colaborando con la BBC -Cook fue ingeniero eléctrico en ella-. Más adelante podemos evocar por ejemplo el nacimiento de su famosa Serie Reference, y recordaremos con cariño por ejemplo al modelo 105, duro rival y para muchos espejo en el que se inspiró B&W para sacar al mercado su modelo 801 Matrix. Más reciente ya, el modelo 109 «The Maidstone» supuso una nueva referencia a considerar por sus rivales.

En fin parte de la historia de la hi-fi pertenece a esta firma, que celebrando su 50 Aniversario en el 2011, sacó al mercado una caja acústica conmemorativa de dicha onomástica. Y bien, precisamente para celebrar tan señalada fecha, Kef no elige centrar todos sus esfuerzos en sacar al mercado una caja acústica de absoluta referencia en tecnología y precio, sino que nos sorprende en esta ocasión con un mini monitor denominado LS50. No sabemos si la razón fundamental de esta decisión es convertir las Kef LS50 en un éxito de ventas, aunque me gustaría pensar que su nacimiento consiste, en un regalo que la firma nos presenta con el fin de permitir la entrada de mucha gente joven con un presupuesto limitado, a la fascinante afición que nos une a todos nosotros, con un nivel de calidad muy elevado. Esperemos que así sea…

Descripción

Con unas realmente contenidas dimensiones de 30x20x28 cm. la LS50 destaca por su elegante diseño con un frontal curvo y un acabado lacado enteramente en negro alto brillo, donde reclama toda la atención como un imán para la vista, su único transductor doble concéntrico, denominado Uni-Q. Este se compone de un tweeter de 1″ de aluminio y un midwoofer de 5.25″ de aleación aluminio/magnesio, estando todo el conjunto rematado en un llamativo color oro rosa.

La parte trasera de estos monitores cuentan con los conectores de altavoz y un ovalado puerto bass reflex, que ayuda a aumentar la respuesta de los LS50 reproduciendo bajas frecuencias.

 

Sonido

Para la evaluación de estos monitores, consideré que mi sala habitual realmente puede considerarse un territorio demasiado hostil, por las superiores dimensiones que tiene, para estas pequeñas cajas y decidí realizar estas pruebas en otro salón de 20 metros menos de tamaño.

Mis primeras impresiones de escucha de las Kef LS50, fue la sorpresa por el rendimiento superior de lo esperado de estos pequeños monitores en mi salón de 40 metros cuadrados. La capacidad para llenar de sonido convincentemente un espacio, viene relacionada a la posibilidad de una caja de presentar unas frecuencias graves con el peso y empuje necesario. Y no hay duda de que el rendimiento en las frecuencias bajas de los LS50, es muy satisfactorio.

Evidentemente, estos monitores no consiguen reproducir las frecuencias más bajas del espectro sonoro, pero todo lo que entregan, que no es poco, lo hacen a la perfección. Sólo en la reproducción de temas con graves casi sísmicos, podemos encontrar las limitaciones de unos monitores, que sin lugar a dudas rinden por encima de lo esperado, dado su tamaño y cubicaje. Estas frecuencias podemos disfrutarlas plenamente, pues se presentan libres de emborronamiento y molesta lentitud. Los graves son ágiles, dinámicos y repletos de tanta cantidad de detalle que, de posible defecto pasan a punto destacado de estas cajas.

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