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A parte de su cautivadora estética, tenemos que resaltar que el modelo evaluado, no corresponde a la versión estándar del Dueundici del fabricante italiano. Éste se trata de un modelo específico fabricado para Broker Audio, que presenta las siguientes mejoras con respecto al original:

  • Transformadores específicos con cableado en cobre de alta pureza 7N, bobinado contínuo de seis secciones,-frente a cuatro de los modelos estandar-, utilizando una técnica de soldadura depurada por la casa a lo largo de los años, evidenciando un silencio fuera de lo común.
  • Placa de circuito impreso de superior grosor que posibilita mayor profundidad en el mapeado del trayecto circuital, evitando que las emisiones espúreas y fugas indeseadas corrompan los delicados matices de la señal de audio.
  • Soldadura con amalgama propia bajo licencia ROHS, que facilita mantener la máxima precisión tonal y fiabilidad a largo plazo.

Este conjunto de particularidades permite una garantía extendida a diez años con caracter intransferible.

Puesta en escena espectacular

Estoy seguro de que el Dueundici sería el elegido para ejemplificar que potencia es una cosa y rendimiento es otra. No hay nada en ese sentido más admirable en nuestra experiencia con este aparato, que observar como los once vatios vuelan literalmente sobre nuestras cabezas. En la Canción para Lucrecia de mi admirado Carlos Cano de su álbum “Forma de ser”, la sensación de poderío es abrumadora, nada se sale de su sitio y la percusión irrumpe con una fuerza y una dinámica que nos hacen pensar en la versatilidad del Dueundici, para hacer frente a situaciones a priori insospechadas de soportar manteniendo el tipo. Por otro lado sorprende su capacidad para hacer bajar las Spendor 2/3r,  recién adaptadas con los filtros del artesano granadino Javier Millán, con las que hemos realizado la prueba. En esta situación, las cajas son exprimidas en la zona media-baja, para quedar así un retrato robot muy significativo de un sonido, con una zona baja también extendida y a la postre contundente, y que sin llegar a ser molesto, tal y como dice Miguel Castro, es un necesario cimiento sobre el que se tiene que construir el resto de ese edificio llamado escala tonal. Dueundici es versátil en este sentido, es honesto y lo que hace lo hace de forma notable, sin aspavientos.

 

Gloriosa zona media

Con Academia del Piaccere en su fabulosa grabación “Rediscovering Spain” apreciamos un sonido muy detallado pero nada frío, gran amplitud de escena y  una dinámica espléndida. La voz de Raquel Andueza nos parece trasportarnos a un universo de matices, con una suavidad y un cuerpo fantásticos. Aquellos que buscan la seda y la textura de la válvula lo van a encontrar. El Dueundici resulta adictivo en cuanto la capacidad de generar un abanico de sensaciones respetando la tímbrica de cada instrumento, y al mismo tiempo dejando ver su propia personalidad a través de este -no me atrevería a llamarlo color- tono tan suave y por momentos aterciopelado con el que principalmente se adorna toda la gama media de frecuencias.

Vamos a discutir muy poco sobre el llevado y traído tema del color de las válvulas y su a mi juicio, maravillosa imperfección. Lo cierto es que en esta ocasión, los padres de la criatura creo han acertado al vislumbrar dónde pueden estar las necesidades de sus clientes y lo que cada cual espera, al comprar todo un clásico single ended en pura clase A como este. Vamos por tanto a dejar claro que Mastersound no se sitúa en esa categoría de marcas -cuyo nombre voy a obviar- que presentan un sonido a la postre carente de realismo, por llevar a un extremo esa coloratura artificial en la zona media y  que acaban cayendo en su propia trampa.

En la zona alta no faltan detalles. El espacio entre instrumentos es el suficiente y la escena es muy creíble con un nivel de profundidad y anchura notables.

En Art Deco de Don Cherry, la trompeta suena francamente bien. El agudo es lo suficientemente extendido como para no molestar y lo suficientemente respetuoso tímbricamente hablando, como para hacernos disfrutar bajo el paraguas de esa suavidad pretendida y buscada con naturalidad. Cómo se podría conjugar tal vez una mayor apertura y aire teniendo el sonido este peso tan contundente en la zona baja, ciertamente no lo resolvemos aquí al cien por cien. Al igual no resolvemos la supuesta tímbrica algo más refinada que la propia marca nos propone en su modelo 300B. Y digo supuesta porque realmente no es algo que echemos de menos a no ser que los hayamos cotejado. Y por cierto muy buena salud musical y auditiva nos proporcionaría una mente menos comparadora. Para un equilibrio cuasi perfecto entre potencia, detalle, cuerpo y suavidad, el Dueundici no va a defraudar a nadie.

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