Nagra nos lo pone fácil con el Melody: podemos elegir entre no tener ganancia (+0dB que equivaldría a un pasivo) y tenerla (+12dB que es cuadruplicar el nivel de la señal), y su volumen viene graduado de forma que es bastante fácil bajar 12dB el volumen y activar la ganancia +12dB para obtener el mismo nivel de salida… pero conseguido de diferente forma. Hice esta prueba unas cuantas veces y con el Melody no aprecié más transparencia con el interruptor en ganancia “cero”, pero sí mejor dinámica con la ganancia en “+12”. De hecho con pistas muy dinámicas tuve confirmación práctica de mis apreciaciones. Con el “Friday Night in San Francisco” de Paco de Lucía y compañía, por ejemplo, las dinámicas guitarras cobraban mucha vida al añadir ganancia (restando volumen, insisto, para comparar idénticos niveles finales). A tal punto que, escuchando bastante fuerte, la etapa MSA llegaba a hacer parpadear su LED rojo, mientras que a igual nivel de escucha pero en el otro modo (sin ganancia y más volumen) el LED permanecía apagado siempre. Quedó demostrado pues que más ganancia mejora la dinámica.
El previo de Nagra viene con mando a distancia aunque sólo sirve para el volumen, balance y “mute”. Es un mando universal personalizado, en la mano cae muy bien pero nunca sabes cómo dejarlo en la mesa… aunque funciona impecablemente sin necesidad de apuntar mucho. El Melody no se calienta nada y tiene pues sentido usarlo como base para la etapa, montando los conos opcionales de Nagra en ella para que apoye en los alojamientos mecanizados para eso en la tapa del previo.
He dejado para el final la prueba del preamplificador de fono incorporado que incorpora la unidad que me dejaron. Dada la tradición de previos de fono de la marca, me sentí en la obligación de probarlo como Dios manda, y para eso tuve que modificar mi sistema un poco, porque yo tengo los cables del brazo soldados directamente en mi propio fono (me tocó ponerles conectores).
Probé el fono del Melody con una cápsula MC de salida baja (Dynavector XX1-L) y con una de salida alta (Dynavector 10×4, equivalente a MM) con lo cual pude pasar por todas las posibilidades que ofrecía el previo. Supongo que no será una sorpresa, que como mejor sonaba era con la MC de salida baja usando los transformadores (modo MC), y con la ganancia mayor además de la carga recomendada para esa cápsula (470 ohm). Cosa sencilla gracias a lo configurable de la placa interna, aunque entiendo que será algo que su propietario sólo necesitará hacer una vez (mientras no cambie de cápsula). Su sonido seguía manteniendo el carácter claramente neutro del preamplificador de línea, pero aportando un matiz dulce a la escucha, que se agradecía. Cuando todo encajaba, el previo apenas emitía ruido de fondo y la cápsula sonaba muy bien, pero exigía un exacto ajuste para ello. En caso contrario me encontré con ruidos de fondo. Está claro que hay que pasar un rato haciendo pruebas hasta encontrar “la” combinación para nuestra cápsula. La verdad es que por su precio (menos de 1.500 euros) es una forma de tener en el Melody un fono de gran calidad: diría que hay que irse a bastante más que ese presupuesto para tener algo de calidad parecida, que además sería externo (más cables). Me gustó, y me quedo con más ganas aún de probar un “viejo” Nagra PL-P con su fono a válvulas, mi amor platónico…
Y vamos ya con la etapa, que probé con su previo pero también con otros previos y fuentes, y tanto con mis cajas “fáciles”, Merlin TSM o Vivid 1.5, como con las más exigentes B&W 802D. Para llegar a ver parpadear el LED rojo (que indica que está llegando a su límite de corriente) hay que escuchar muy alto, mucho, como nunca haría si no es “por probar”, e incluso en esos momentos la etapa no parecía recortar la dinámica ni sonar forzada en absoluto. Y en contra de lo que esperaba, lo vi con más frecuencia con las Merlin que con las B&W, así que en mi opinión sí indica cierto límite de potencia más que de corriente (porque sonando fuerte las Merlin, cuya impedancia es siempre alta, no piden ni de lejos la corriente que las B&W).
