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Sala Cine: ¡Sony!

Una palabra define bien la gran novedad audiovisual del Aniversario, el proyector Sony VPL-VW5000ES: ¡tremendo! No sólo lo es físicamente, una bestia de 43 kg que mide 75x55x23cm, sino que sus prestaciones te dejan con la boca abierta al ver las imágenes que proyecta, con una luminosidad de 5000 lúmenes declarados, láser y 4K nativo. Tenía todavía reciente la experiencia de haber visto la única alternativa de ese nivel, el JVC Z1 también 4K nativo y láser, durante la feria AVM, aunque en este caso no tuvimos algunas de las películas más nuevas –con HDR además de 4K– como ‘Lucy’ o ‘Mad Max’ que tanta sensación causaron en la instalación de Ingevídeo de la exposición madrileña.

Pero lo que pude ver, Pacific Rim entre otras, incluso algunos BluRay “normales” –1080p– con sobremuestreo, dejaba con la boca abierta por la fuerza de las imágenes y a la vez esa excelente naturalidad, suavidad incluso, por la que los proyectores Sony son bien conocidos.

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La parte de sonido no se quedaba atrás: Ultimate había montado en la sala de cine las Gryphon Pantheon como principales, y la sala cuenta con altavoces traseros y superiores para alcanzar una configuración hasta 7.2.4 controlada por un previo-procesador Anthem y amplificación dedicada. Combinado con el excelente tratamiento acústico, y visual –todo oscuro–, conseguía un efecto de inmersión a la vez impresionante y en ocasiones sobrecogedor.

Sala mediana: Rockport, MSB, Luxman

Una sala de dimensiones algo inferiores a la grande, lo que no permite una colocación de cajas tan libre, ni tan alejada de paredes –en particular la trasera o frontal al punto de escucha–, como aquella, pero no menos bien acondicionada, y sobre todo con un sistema de auténtico lujo: Fuente Aurender W20, convertidor y previo MSB Select DAC, etapa Luxman M-900u, y cajas Rockport Cygnus. Si acaso, la etapa Luxman estaba un poco superada por el nivel de sus acompañantes, si nos ceñimos a su precio, pero como pude comprobar recientemente en la prueba de la electrónica Luxman con las TAD CR-1, es una etapa capaz de estar a la altura, y movía las Rockport aportando ese toque elegante y dulce que tanto me gustó.

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Las Cygnus, con su notable volumen y sus dos woofer por banda, se podían disfrutar en esa sala aunque agradecen más metros cúbicos todavía, y tal vez una etapa con más garra –¿dos Luxman en mono mejor que una?–: fue cuestión de elegir la música apropiada a las circunstancias. Pero no tardé en acostumbrarme a tener esas tremendas cajas tan relativamente cerca y fui disfrutando del sonido. Tenía mis discos de prueba, pero al no disponer de lector óptico en este equipo me conformé con la música que había en el servidor Aurender, que no era poco. De hecho es la ventaja de un servidor, que –tableta en mano– puedes navegar por discos que hace tiempo no escuchabas, o inéditos, y hacerlo en un sistema de este nivel… ¡un gustazo!

 

Ese “aire fresco” me llevó a recordar temas de Depeche Mode y Jesse Cook que hacía tiempo no disfrutaba, o por supuesto repasar la discografía de Leonard Cohen, que desde unos días antes de mi viaje a Ultimate descansa en paz. Su voz, o la de Jeff Buckley en su emotiva versión del ‘Halleluyah’, permitían apreciar todo lo bueno del MSB Select, la Luxman y las Rockport. Pero quizás fue con varios conciertos de violín de Bach, Beethoven, con lo que más brilló el equipo. Sobresaliente reproducción, precisa colocación de cada elemento de la orquestra, total transparencia al apreciar el arco sobre las cuerdas… muy, muy bueno, de esos momentos en que recuerdas de qué se trata esta afición: emocionarse con la música reproducida a la perfección.

Y a eso, precisamente, es a lo que se dedican en Ultimate Audio desde hace seis años: felicidades.

Galería fotográfica

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