Para mí siempre es un gusto y un placer el ser invitado a una audición a alguna tienda del sector. Resulta también increíblemente interesante, cuando a parte de tener la oportunidad de escuchar algunos aparatos que aún se me resistían, tengo el honor de visitar por vez primera las nuevas instalaciones de una conocida tienda de Madrid, como es deCine Audiorema. Nuestros amigos recientemente han cambiado su ubicación de la calle Vargas de Madrid a la también madrileña y un poquito más cómoda calle Antonio Casero.
Las nuevas instalaciones son si cabe más agradables que las anteriores, proporcionando una sala de escucha principal cuando menos espectacular. Además, ésta puede ser observada desde la calle por el paseante, poniendo de esta forma los aparatos audiófilos más recalcitrantes a la vista del peatón, que a buen seguro no en pocas ocasiones ha de preguntarse que tipo de cacharros infernales son los que habitan en tan peculiar escaparate. Es curioso ponerse fuera de la tienda y meditar sobre los pensamientos que pasaran por la mente de los profanos y no iniciados, a la vista de tal orgía audiófila. Y más curioso aún imaginar la cara de los más audaces que por mera curiosidad entren y escuchen como debe de sonar un equipo de verdad.
En un mundo donde los ridículamente pequeños y malsonantes mp3 son la norma, la visión y el sonido de estos equipos pueden suponer a nuestro audaz viandante un espectáculo revelador y emotivo, solo arruinado por la traumática experiencia que puede suponer el escuchar el precio de tal magnificencia. La verdad sea dicha, el nuevo establecimiento de nuestros anfitriones invita a una escucha atenta y relajada y eso siempre se agradece.
Para esta ocasión Javier Revilla me había preparado dos equipos muy especiales, ambos con cajas de la firma de origen italiano Zingali. Nuevas en el establecimiento de nuestros anfitriones, pero con un gran futuro a poco que su sonido, como no tengo ninguna duda, encaje con el selecto gusto de la afición patria. Ya había escuchado en alguna ocasión altavoces de esta marca tan exclusiva, que combina a la perfección una estética de un diseño exquisito con los siempre delicados altavoces en compresión. Para el aficionado con un cierto nivel, la bocina siempre es un desafío, tantas veces denostadas en algunos de los círculos más fundamentalistas. Lo cierto es que si se realizan de forma adecuada y cuidadosa, producen algunos de los sonidos más dinámicos y reales que uno pueda pedir.
El primer sistema estaba configurado de la siguiente forma:
- Altavoces Zingali HM Plus 2.8
- Previo Moon 350P
- Etapa Moon 330ª
- Lector de CD Moon 260D (completo)
- Cables de altavoz WireWorld Oasis 7
- Cable señal WireWorld Eclipse 7 Rca
- Cables de corriente WireWolrd Electra.
La verdad es que es una combinación que por algo más de 15.000€ permite llegar a unos niveles de naturalidad y realismo envidiables. Para empezar hay que dejar claro que sin duda alguna los HM Plus 2.8 son unos altavoces muy transparentes y neutros, ya que quedaba muy claro que estaba escuchando un equipo Moon. Esa precisión en la escena, ese fondo negro y esos silencios estremecedores que casi dan la impresión de robarnos el aire que respiramos, se encontraban presentes y evidentes desde el primer momento. La dinámica era sobresaliente desde el mismo instante que empezamos a oír algunos temas. Los transitorios eran correctísimos y de una precisión que simplemente no puede corresponder con el nivel de precio de este equipo, están muy claramente por encima.
El timbre es muy “Moon” lo cual no sorprende, muy agradable preciso, con unos agudos muy abiertos y con una muy buena extensión. Personalmente hubiera preferido un poquito más de extensión del grave, pero tampoco es cuestión de exigir la perfección, pues estamos ante un equipo de precio contenido y que proporciona prestaciones de infarto. Quizá jugando un poquito con los cables pueda dársele ese toquecito que aún le falta.
Para el segundo asalto pasamos a la sala principal de escucha. Se trata de un recinto abierto de tamaño bastante considerable, donde se encuentra ubicado el equipo estrella de la tarde, formado por los siguientes componentes:
- Altavoces Zingali Client Name 1.5 EVO
- Amplificador integrado KR Audio Sxi50
- Transporte de CD Moon 260
- DAC M2 Tech Young DSD
- Cable de altavoces WireWorld Eclipse 7
- Cable de señal WireWorld Eclipse 7 Rca
- Cable digital WireWorld Platinum Starlight Xlr
- Cables de corriente WireWorld Electra
En este caso nos hallamos rozando la peligrosa barrera de los 60.000€ y aquí ya hemos de pedir, si no la perfección, sí algo muy aproximado.
A destacar el increíble acabado tanto de las cajas 1.5 EVO como del integrado a válvulas KR. Las Zingali ofrecen a su afortunado propietario unas terminaciones de auténtico infarto, con la madera trabajada como en pocas cajas he visto, resultando un interesante motivo de compra añadido para el comprador. Si un día encuentra que no le apetece disfrutar de las cualidades sonoras de estas hermosas cajas (algo que se me antoja improbable), siempre puede perder un rato admirando sus curvilíneas formas. Lo mismo podría decirse del Sxi50, ya que cualquier aficionado no puede más que verse atraído por esta magnífica obra de arte de KR Audio. Sonar suena como ninguno, pero cuando está apagado también atrae la atención de forma inexorable. Esas válvulas atrapan al audiófilo, y al no tanto, como la miel a las moscas.
Si hablamos de su sonido, este es grande, y la sala se llena de música a tamaño real gracias a unos robustos 40 watios por canal y a una sensibilidad de 97 dbs por parte de las Zingali. La dinámica es impresionante, sorprendiendo en multitud de ocasiones al oyente con ataques propios de la más salvaje de las actuaciones en vivo. ¡Pero cuidado! Esto no quiere decir que este equipo no sea capaz de ser fino y sutil cuando se requiera. El timbre es tremendamente natural y suelto. Piezas de diferentes estilos fluyen, demostrando que estamos ante un puro todoterreno. Los diferentes colores de la música son reproducidos con facilidad, así sea un piano o un corte de Heavy metal. La escala de los actores musicales es proporcionada y coherente, encontrándose en forma y lugar donde debieran de estar, sin entremezclarse ni amontonarse. La verdad es que poco o nada puede decirse negativo de este equipo, solo que personalmente me habría encantado haberlo oído con una buena fuente analógica. Una lástima para mí.
Finalmente agradecer al equipo de deCine Audiorema la oportunidad ofrecida para poder disfrutar, con toda comodidad, de estos dos sistemas configurados con un buen gusto excepcional. Con un trabajo tan concienzudo como este, estoy seguro que les esperan un gran número de éxitos en ésta su nueva ubicación.
Por cierto no puedo acabar sin recomendar a todos los aficionados que puedan, una visita a su renovado establecimiento de la capital, estoy completamente convencido de que no se arrepentirán. Todo lo contrario, será un tiempo muy bien invertido.
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