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La capacidad del conjunto para recrear ambientes, ecos e información de la sala donde se desarrolló la grabación reproducida es inusual y sorprendente. Por momentos creemos estar presentes escuchando una grabación analógica y percibir el susurro de la aguja con el vinilo o el paso de la cinta por el cabezal de nuestra veterana grabadora Revox. En muchos casos son detalles procedentes del máster analógico que con otras fuentes son prácticamente inaudibles. Para conseguir este brutal nivel de detalle, en mis pruebas me apoyé en las amplias opciones de upsampling que su módulo ofrece y se pueden variar de forma inmediata desde el mando a distancia. El Upsampler del Vivaldi ofrece partiendo de 44.1 Hz. de frecuencia de entrada, de la posibilidad de escoger la frecuencia de salida entre 44.1, 48, 88.2, 96, 176.4, 198, 352.8, 384 y DSD. Tras varias pruebas preferí la opción de upsamplig de PCM a DSD. La espacialidad en la escena y el nivel de información era claramente superior, reproduciendo a la perfección los timbres de los instrumentos y manteniendo un sonido global compacto y sin fisuras.

Otra posibilidad de ajuste la otorga los cuatro filtros seleccionables en el módulo DAC, denominadas F1, F2, F3 y F4. Cada uno de ellos varía el equilibrio tímbrico de la música, presentándola con más o menos peso en bajas frecuencias. En este caso preferí el filtro número uno, que confería a la escucha una sensación de música en vivo y credibilidad superior.

 

En la búsqueda precisamente del sonido más puro y con menos aditivos posibles, conecté mis etapas de potencia Ypsilon Aelius directamente al Vivaldi DAC, para evaluar su sonido empleándolo también como previo. Para ello tuve que seleccionar el voltaje de salida en el menú del DAC, pasando este de 2V a 6V. Con este voltaje, disponía con el volumen al mínimo, de un nivel sonoro medio. Las variaciones en el volumen para alcanzar la presión sonora óptima fueron pocas y la pérdida de resolución efectiva, al ser un control digital, no fue muy notoria. El rendimiento del conjunto Vivaldi como previo fue muy elevado, y es necesario disponer de un previo de referencia para notar alguna pérdida en el mismo. Los timbres eran especialmente naturales y la dinámica (punto crítico en estas configuraciones), fue satisfactoria. Sin duda, este es el control de volumen de mayor calidad que he encontrado nunca en un DAC y un futuro comprador puede plantearse emplearlo en este cometido seriamente y ahorrarse el preamplificador, sino utiliza más fuentes de sonido.

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Por supuesto, también encontré oportunidades para escuchar música en alta resolución. Para ello empleé el software de Amarra en su última versión 3.0, junto a mi MacBook Pro. El resultado fue menos sorprendente que en otras pruebas con diferentes DAC’s. Intentaré explicarme para no confundir a nadie. La capacidad del Vivaldi reproduciendo música en calidad CD es tan alta, que supera el rendimiento de otros DAC’s procesando ficheros en HD. El veterano formato del CD con este conjunto cobra vida de nuevo, obligándonos a pensar si para escuchar música realmente necesitamos algo más. Así pues, para superar este nivel de rendimiento, incluso reproduciendo contenidos en HD es necesario que optimicemos la manera de hacerlo. Posiblemente un Man Mini con fuente de alimentación mejorada, empleado únicamente para este menester, con un cable USB acorde a estas exigencias -yo empleé el de serie suministrado-, y correctamente desacoplado hubiera dado un nivel sonoro mucho mejor. De la misma manera podríamos haber recurrido a un servidor de contrastada calidad, de los muchos que ya hay en el mercado, con resultados notables. Con mi portátil y en las condiciones relatadas, la reproducción en alta resolución en mi sistema supuso un paso más, pero no supone el único argumento de compra para este producto, como si ocurre con otros conversares del mercado. La escucha de contenidos nativos en DSD tuve que realizarla con el software de Pure Music, pues Amarra es capaz de reproducir estos ficheros, pero realizando previamente una conversión DSD a PCM. En este caso, el nivel sonoro demostrado superó claramente al de los contenidos PCM, resultando un verdadero placer su escucha, estando únicamente limitada a los reducidos contenidos en DSD de los que dispongo. Por fortuna el mercado para estos ficheros se está abriendo de manera continua y ya es posible encontrar un buen número de páginas de venta de archivos DSD.

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