Pero las peculiaridades en su diseño no acaban aquí, pues el aspecto técnico más destacado con el que cuenta, es su relativamente original sistema de control de volumen. El diseñador jefe de Ypsilon Demetris Backlavas, considera éste, el aspecto clave en la consecución del mejor sonido posible. Para satisfacer sus elevadas exigencias, el PST 100 renuncia al generalizado sistema de control de volumen mediante el uso de resistencias de mayor o menor calidad y encomienda esta labor a un transformador de gran linealidad, de doble núcleo en C, escogido en base a sesiones de escucha.
En funcionamiento activo, los primeros 6 pasos del control de volumen son pasivos, pasando los siguientes pasos, del 7 al 37 a la etapa activa. En modo pasivo se dispone sólo de 31 pasos de señal.
Las etapas de potencia Aelius son unos amplificadores push-pull de diseño híbrido, que entregan unos poderosos 200W de potencia por canal. Emplean dos etapas de ganancia, la primera a válvulas funcionando en configuración single ended y en Clase A y un transformador acoplado a la etapa de salida. En su interior cuenta pues con dos válvulas, los mismos modelos que C3m y 6CA4, que presenta el preamplificador, aunque en este caso la válvula 6CA4 es un modelo NOS de la marca Mullard. En estos tiempos en que cada vez están más cerca en su sonido las amplificaciones sólidas y las de válvulas, puede parecer innecesario recurrir a un diseño híbrido que en teoría debe conjugar lo mejor de ambos mundos. A pesar de eso veremos cómo esta electrónica reafirma este tipo de diseño, con un sonido fantástico que pasamos a relatar.
Silencio y música ¿Hay algo mejor?
¿Disfrutamos de un buen silencio en nuestro sistema? Y si es así… ¿lo apreciamos en su justo valor o no reparamos en él casi nunca? Para mí, disponer del nivel de silencio más alto posible es básico. Toda la música, el refinamiento, el detalle, LA EMOCIÓN, nace y tiene su origen en encontrarnos cara a cara, entre tantas notas musicales, con ese fondo profundo, negro y silencioso que nos transmite una sensación de paz irrenunciable.
Puede ser que seamos conscientes de que gozamos de un nivel de silencio aceptable, o incluso que este sea para nosotros uno de los puntos fuertes en los que se basa nuestro sistema de sonido. Pues bien, incluso si es así, toda nuestra escala de valores cambiará en el momento de conectar la electrónica de Ypsilon. Intentaré exponer una anécdota muy ilustrativa del funcionamiento «especial» de las etapas Aelius para apoyar mi afirmación.
Siempre que pulsamos el botón de Encendido en un amplificador, y más si este se basa en válvulas de vacío, escuchamos un ligero ruido de encendido, o si este no existe, al menos una mayor o menor vibración en el chasis del aparato que nos indica que lo hemos conectado. Cuando apreté el interruptor trasero de las Aelius, un pensamiento negativo asomó inmediatamente en mi cabeza. En ese mismo instante la duda de si un golpe en el transporte las pudiera haber estropeado se apoderó de mí, pues me pareció que estaban muertas, estropeadas. Sólo el hecho de subir el volumen desde el mando a distancia me sacó de mi error, pues estaban vivas, muy vivas, pero a su vez con un funcionamiento desconcertantemente silencioso. ¿Un nuevo listón a superar? Sin duda…
Este silencio absoluto en la física de su funcionamiento es perfectamente extrapolable al que demuestran constantemente reproduciendo música. Pasemos a describir pues sus cualidades sonoras, partiendo de la base de que ningún atisbo de ruido podremos apreciar, ni pegando literalmente nuestro oído a los drivers de nuestras cajas acústicas.
Creo que es necesario comenzar este análisis de su rendimiento, comentando que la posibilidad de la que dispone el previo de funcionar en modo pasivo o activo es, aparte de las consideraciones propias de su idiosincrasia, una opción de obtener dos tipos de sonido bien distintos entre sí. Para poder darme cuenta de dichas diferencias, fue necesario completar el largo período de rodaje que requiere este preamplificador, de varios meses de funcionamiento.
