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10, 9, 8… ¡Nos vamos a la luna!

Hace ya un tiempo que descubrí una máxima que de ahora en adelante estoy seguro que gobernará mi camino en esta afición, la cual algunos profesamos como si fuese algún tipo de religión arcana y secreta, que solo unos pocos iniciados son capaces de entender.

Ha habido varias ocasiones en las que he visitado casas de compañeros audiófilos con equipos “brutales”, solo para volver tremendamente decepcionado con el montaje de muchos cientos de miles de euros. Y sobre todo sintiéndome apenado por la persona, que se ha gastado semejante cantidad de dinero, para conseguir, lamentablemente, lo que cualquier equipo básico haría. Pero lo peor de todo es dejar al apenado propietario pensando en cual ha sido su error, y ya cavilando en cuanto dinero va a gastar para intentar remediar el entuerto, que, si la suerte no lo remedia, no traerá más que un mayor desastre. En ese caso suele faltar valor para decirle la verdad, porque las sensibilidades están muy a flor de piel, y cualquier comentario, no importa cual bien intencionado sea, provocaría una lluvia de dardos envenenada con un origen muy claro, los ojos de nuestro desgraciado anfitrión.

Lo cierto es que cuesta aprenderlo, pero en la alta fidelidad de muy altos vuelos el dinero, o mejor dicho, una cantidad indecente de euros, no garantiza absolutamente nada. Y la solución no puede ser más fácil: como en todos los aspectos de esta vida el observar, escuchar y aprender de absolutamente todos es fundamental. Uno tiene casi que convertirse en un hombre del renacimiento y aprender varias disciplinas. Ha de coger las maletas he intentar escuchar lo bueno y lo malo, volver a su casa y desarrollar un espíritu crítico, ver lo que no funciona y por qué no lo hace. Y por encima de todo alejar esa idea que tenemos en la cabeza de que lo más caro es lo mejor.

Quiero la luna

Eso es lo que parecen pensar algunos, y en esta ocasión es verdad, pues es esto, ni más ni menos, lo que nuestro invitado el Simaudio Moon 610 LP ofrece.

Con un peso de 18 kg dentro de su embalaje, el Moon 610 LP es un previo de fono derivado directamente del buque insignia de la marca, el 810 LP. El acabado es perfecto, como no podía ser de otra manera. Muy robusto y a la vez refinado, el 610 LP es un aparato que enamora a primera vista y que rezuma calidad por los cuatro costados, anticipando sin duda alguna lo que ocurrirá cuando hagamos las pertinentes conexiones y pulsemos el botón de “stand by” –el único que podemos pulsar en su frontal– y empecemos a disfrutar de su sonido. Una vez configurado y conectado a la red con solo presionar este pequeño botoncito tendremos a nuestra disposición toda su calidad, así sin anestesia, ni tiempos de espera hasta que la electrónica alcance su punto óptimo de funcionamiento.

 

El único pero que se le puede poner es la ubicación de los interruptores necesarios para adaptar el previo a la cápsula que vayamos a utilizar. Estos están ubicados en el suelo del chasis. Para acceder a ellos tenemos que voltear el aparato. En mi caso particular y durante el proceso de calibración del previo con la cápsula fono captora, esto provocaba que tuviera que desenchufar los cables de interconexión, haciendo la tarea un poquito engorrosa en el tiempo. Y si estamos buscando el mejor sonido entre algunas configuraciones provocará que en ocasiones no nos acordemos bien de como sonaba la anterior cuando estamos escuchando la nueva configuración. Pasado este proceso la verdad es que no reviste mayor problema. Por otro lado, imagino que los ingenieros de Moon habrán colocado los interruptores en esa ubicación priorizando sin duda alguna el resultado sonoro final, y no la comodidad del usuario durante la configuración inicial.

“The eagle has landed” ¿A que suena un alunizaje?

El Simaudio Moon 610 LP es un aparato sorprendente.

Ya se sabe que las comparaciones siempre son complicadas y en muchos casos absurdas en este mundo de la alta fidelidad de cartera abultada, pero en este caso la comparativa no estaba fuera de lugar y me ofreció la oportunidad de poner en la pomada a dos aparatos de precios muy similares, en un lado mi Zesto Audio Andros 1.2 –lo mejor que he escuchado en su nivel de precio–, y en el otro el 610 LP, con un PVP muy similar, aunque con un concepto diferente. El Moon es un aparato de transistores y el Zesto a válvulas.

Escuchemos que tiene que decir nuestro invitado.

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